Putin acusa a Turquía de ser cómplice de los yihadistas al abatir un caza ruso

Rosa Paíno
Rosa Paíno LA VOZ

INTERNACIONAL

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La OTAN y la ONU piden calma, mientras Ankara defiende su derecho a defenderse

25 nov 2015 . Actualizado a las 11:03 h.

El derribo de un caza ruso por Turquía en la frontera siria puso ayer al rojo vivo la tensión diplomática entre ambos países, y puede complicar tanto los planes de Francia de crear una amplia coalición contra el Estado Islámico (EI) como las negociaciones para una transición política que ponga fin a la guerra en Siria.

Vladimir Putin acusó a Turquía de ser «cómplice del terrorismo». Su par turco, Recep Tayip Erdogan, lamentó el incidente pero señaló que su país tiene el derecho a defender sus fronteras. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, lanzó un llamamiento de «calma» y pidió rebajar la «escalada» al cabo de una reunión extraordinaria de la Alianza a petición de Ankara. Del mismo modo, la ONU optó por reclamar «medidas urgentes» para reducir la tensión, en palabras de su secretario general, Ban Ki-moon, después de que el embajador turco informara del incidente al Consejo de Seguridad.

«Es una puñalada por la espalda asestada por los cómplices de los terroristas», declaró con semblante duro Putin ante la prensa en presencia del rey de Jordania en Sochi. Para apoyar las acusaciones de complicidad, aseguró que «hace tiempo» que Rusia ha «constatado el hecho de que hacia Turquía transita petróleo y derivados del crudo de los territorios ocupados en Siria».

«Consecuencias serias»

El jefe del Kremlin advirtió de que «este trágico acontecimiento tendrá graves consecuencias para las relaciones ruso-turcas». Al mismo tiempo criticó que Ankara consultara con los socios de la Alianza Atlántica antes que con Moscú: «¿Quiere poner a la OTAN al servicio de Estado Islámico?», ironizó. Un lenguaje duro para consumo interno. Después de todo, lanzó la ofensiva en Siria argumentando que haría que Rusia fuera más segura. Hace solo un mes que 224 pasajeros rusos volaron por los aires a manos del EI en el Sinaí, ahora es abatido uno de sus cazas de regreso de combatir al califato.

«Todo el mundo debe respetar el derecho de Turquía a proteger sus fronteras», contestó Erdogan a la diatriba de Putin. Turquía se opone a la intervención militar rusa en Siria en defensa de Bachar al Asad. Ankara busca desde el inicio de la guerra derrocar al presidente sirio, y con ese objetivo ha apoyado a los rebeldes y ha hecho la vista gorda en la frontera a los hombres del califato.

Turquía asegura que derribó el caza por violar su espacio aéreo. Moscú lo niega. El presidente ruso defendió ante la prensa que el Su-24, con dos pilotos a bordo, fue abatido en territorio sirio por un cohete aire-aire disparado por un caza turco F-16». «Estaba en el aire cuando fue atacado a una altitud de 6.000 metros y a una distancia de un kilómetro de la frontera con Turquía», subrayó. Luego, precisó, cayó en Siria, a cuatro kilómetros de la línea que separa a los dos países.

La versión de Ankara señala que dos Su-24 violaron su espacio aéreo durante 17 segundos antes de que sus cazas derribasen uno de ellos, tras advertirle «diez veces en cinco minutos».

La suerte de los dos pilotos del Su-24 -que tiene la mala fama de ser el avión de combate ruso con más accidentes a sus espaldas- era ayer contradictoria. Rusia confirmó la muerte de uno de ellos a causa de disparos efectuados desde tierra, pero una brigada turcomana asegura que mató a los dos. «Disparamos contra los dos pilotos cuando bajaban en paracaídas», aseguró el subcomandante Alpaslan Celik a la cadena turca CNNTürk. Varios vídeos colgados en Internet muestran el cadáver de un hombre con uniforme rodeado de rebeldes.

El Estado Mayor del Ejército ruso anunció anoche que protegerá sus aviones de guerra en sus operaciones en Siria con el acorazado Moskva, buque insignia de su Armada, y escuadrones de cazas que los acompañarán en las misiones. El jefe de la diplomacia, Serguéi Lavrov, suspendió su prevista visita a Turquía.