Portugal espera a su primer Gobierno de unión de la izquierda

begoña íñiguez LISBOA / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

JOAO PROFIRIO | Efe

Socialistas, Bloco, comunistas y Verdes liquidan a Passos tras 11 días en el poder

11 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Tal y como se esperaba, tan solo 11 días después de tomar posesión, el Gobierno de centroderecha de Pedro Passos Coelho pasó ayer a mejor vida tras el triunfo de una moción de rechazo de toda la izquierda, que prosperó gracias a la mayoría absoluta que tiene en el Parlamento. De nada le ha servido a Passos la victoria en las legislativas del 4 de octubre. Por primera vez en los 40 años de democracia portuguesa todas las formaciones de la izquierda, el Partido Socialista de Antonio Costa, el Bloco de Esquerda de Catarina Martíns, el Partido Comunista de Jerónimo de Sousa, y los Verdes de Eloísa Apolonia, se han puesto de acuerdo para derrumbar a un Ejecutivo conservador y apoyar a otro de la izquierda que dirigirá el socialista Antonio Costa.

Hacía mucho tiempo que no se veía una Asamblea de la República tan llena y con tantos medios de comunicación internacionales. La expectación era evidente desde primera hora de la mañana, antes de comenzar las sesiones. La tensión fue creciendo a medida que se acercaba la votación de la moción. La intervención de la hasta ahora ministra de Finanzas, María Luis de Alburquerque, defendiendo las políticas de austeridad de los últimos cuatro años y las del programa no aprobado, fue una de las más aplaudidas por la derecha y la más silbada por la izquierda. Para la historia queda lo que declaró Passos antes de ser apeado del poder. «Los portugueses no creen en la legitimidad de la izquierda para gobernar». El momento álgido de su discurso se produjo cuando le dijo a Costa que «no cuente con nosotros cuando los partidos de izquierda, que ahora le apoyan, le den la espalda».

La anécdota del día la protagonizó el marcador electrónico que falló en el momento de la votación y obligó a los diputados a votar uno a uno haciendo crecer el nerviosismo. Tras confirmarse la victoria de la moción de rechazo, lo primero que hizo Costa fue saludar a Passos, que permaneció de principio a fin de la sesión en el hemiciclo. A continuación lanzó un mensaje a inversores y mercados. «Estamos en condiciones de asegurar el escrupuloso cumplimiento de todas las obligaciones internacionales de Portugal, como las de la participación en la Unión Europea». El líder socialista garantizó a sus compatriotas «un Ejecutivo estable y un cambio de rumbo con estabilidad». Terminó con un recado al presidente de la República, Cavaco Silva. «Cabe ahora al presidente decidir. Aunque hoy el Parlamento ha hablado alto y claro, y ha pedido un cambio de Gobierno».

Los tres escenarios que sopesa Cavaco

Las miradas de los portugueses se dirigen ahora hacia el presidente Cavaco Silva. El motivo es que Portugal tiene un régimen semipresidencialista cuya legislación encomienda al presidente la decisión de a quien autoriza a formar Gobierno. Así fue hace 11 días, cuando el nuevo Ejecutivo de Passos, el más breve de la democracia lusa, tomó posesión, tras ganar las elecciones sin mayoría absoluta.

Los próximos días van a ser muy intensos para Cavaco. A pocos meses de dejar el cargo, se encuentra con su reto más difícil. Mañana al mediodía recibirá al titular del Parlamento, el socialista Ferro Rodrígues, y horas después a Passos. La primera opción que se le presenta es autorizar a Antonio Costa a formar un Ejecutivo de izquierda, con los apoyos por separado del marxista Bloco de Esquerda, de los comunistas y de los Verdes. Es la salida más lógica: la Constitución la considera legítima ya que Costa tiene mayoría en el Parlamento. Pero quien conoce al conservador Cavaco sabe que un Gobierno de este tipo, con el apoyo de la extrema izquierda, no es algo que le convenza. Pese a ello, los medios de comunicación llevan días insistiendo en que el presidente escogerá esta posibilidad, aunque Costa no tenga garantizado un pacto para toda la legislatura.

A Cavaco le preocupa la falta de estabilidad y el incumplimiento de los acuerdos internacionales de Portugal. Antonio Costa se comprometió ayer a cumplir los compromisos con la UE y con los mercados. Sus palabras habrán sido analizadas con lupa por el presidente que, aún así, tiene otro escenario sobre la mesa: mantener a Passos en gestión, hasta convocar legislativas en junio de 2016, después de las presidenciales de enero. Esta opción no es la más recomendable, y Cavaco lo sabe, para garantizar la estabilidad y el cumplimiento de los compromisos internacionales. Passos no tendría programa, ni presupuestos y estaría muy presionado por Bruselas.

Una última opción sería un Gobierno de iniciativa presidencial, a cargo de una personalidad de su confianza. Se considera la menos probable, por la incertidumbre y desconfianza que causaría entre los portugueses.