Berlín avisa que Schengen peligra si no hay un reparto justo de refugiados

Úrsula Moreno BERLÍN / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

PATRICK DOMINGO | AFP

España debe decidir si acepta el plan franco-alemán sobre solicitantes de asilo

01 sep 2015 . Actualizado a las 09:46 h.

Las zapatillas de deporte con las que se pasearon ayer Angela Merkel y Mariano Rajoy, en el castillo de Meseberg, a 70 kilómetros de Berlín, no se verán hoy en la cancillería berlinesa. Del ambiente distendido de ayer en la casa de huéspedes del Gobierno alemán pasarán al barrio gubernamental. Será hora de hablar de la situación económica de la eurozona, de conflictos como el de Ucrania, Libia, Siria o Irak, pero sobre todo de la crisis migratoria que afronta Europa.

La sensación que se tiene en Alemania es que no pasa un día sin un ataque a un centro de refugiados o insultos a políticos o ciudadanos que respaldan a las personas que huyen de la guerra y llegan -cuando llegan- finalmente a este país en calidad de peticionarios de asilo. Ayer la canciller, en su tradicional conferencia de prensa estival, se volcaba en el reto de Europa y Alemania, que concretamente espera la llegada de 800.000 solicitantes de asilo este año. Aparcada la crisis griega y después de cosechar muchas críticas por no pronunciarse durante semanas acerca de los ataques xenófobos que campan a lo largo y ancho de este país, ayer se oyó un discurso claro de Merkel.

La canciller hablaba de «tolerancia cero» hacia aquellos que no respeten la dignidad de las personas. Pero apelaba también a un esfuerzo conjunto europeo, abogaba por un «reparto equitativo» de refugiados entre los Estados miembros que, de no producirse, «llevará a muchos a cuestionarse [el tratado de libre circulación de ciudadanos de] Schengen». Alemania hará frente al «desafío nacional» (los 800.000), pero «Europa tiene que actuar de manera unida».

«Insolidario»

Este es uno de los temas que centran el encuentro de Merkel y Rajoy, pero ¿instará la canciller al presidente a que acoja más refugiados? El Gobierno español solo se ha comprometido a dar asilo a algo más de un millar, mientras Bruselas le pide que reciba a más de 4.000 desplazados de las guerras de Irak y Siria. El portavoz del PSOE en el Congreso, Antonio Hernando, exigía ayer a Rajoy que no sea «cicatero e insolidario», junto con un documento de propuestas para responder a la crisis humanitaria. Rajoy anunció que en Berlín defendería que se acelere el plan de cooperación con África, y mayor solidaridad de la Unión Europea en materia de refugiados, pero no «predica con el ejemplo», según la oposición española.

Este encuentro bilateral, que es devolución al que se celebró en agosto del 2014 en Santiago de Compostela, servirá para que Merkel defienda el plan franco-alemán para los refugiados, un reparto por cuotas, que quieren presentar los ministros de Interior dentro de dos semanas. Rajoy por su parte defenderá la «experiencia» de España en «control de flujos migratorios», como adelantaba ayer en el diario alemán Handelsblatt.

Alemania, a la luz del caos que se vive ahora en la frontera entre Hungría y Austria, reacciona con un paquete de medidas legales y financieras de 10.000 millones de euros (para muchos este debate llega tarde y mal) y evalúa el reparto de costes entre Gobierno central y Gobiernos regionales, los competentes de atender a los solicitantes de asilo. Manos a la obra en una empresa en la que siguen primando «los intereses nacionales», denunciaba ayer el presidente del Europarlamento, el alemán Martin Schulz.