La violencia racista crece en Alemania un 40 % en un año

úrsula moreno BERLÍN / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

La policía protegió de los ataques xenófobos a 250 inmigrantes hasta un centro de acogida de Heidenau.
La policía protegió de los ataques xenófobos a 250 inmigrantes hasta un centro de acogida de Heidenau. Arno Burgi | EFE

Solo se esclarecen una cuarta parte de los ataques a centros de acogida, mientras que la actividad neonazi se dispara en Internet

25 ago 2015 . Actualizado a las 10:33 h.

«Alemania no está desbordada, Alemania tiene un reto por delante», decía esta semana el ministro del Interior, Thomas de Mazière, intentando quitar hierro al creciente número de refugiados que llegan o intentan llegar estos días a tierras teutonas. Para los neonazis y ultraderechistas del país, sin embargo, el terreno está abonado. Y la Red es su mejor herramienta. Aunque el partido Der Dritte Weg (algo así como La Tercera Vía) apenas cuenta con 200 militantes, su actividad en Internet parece crecer de manera inversamente proporcional.

Para ello, registran sus páginas en países como Estados Unidos, donde la legislación coloca por encima de todo la libertad de expresión, para dificultar el trabajo de la policía alemana. Porque aunque cuelguen mapas con los albergues de refugiados que hay en toda Alemania o manuales para «evitar que se abra un centro de acogida en tu vecindario», aunque «informen» de las enfermedades contagiosas que campan en estos centros y amenacen a sus moradores con aplicarles «tradiciones parecidas» a las de sus países en caso de robar -como «cortaros las manos»-, las autoridades pueden hacer bien poco para silenciarlos. Y la realidad es que pescan en ríos revueltos, como entre los ciudadanos indignados que todavía asisten a las marchas de Pegida, por ejemplo.

Las cifras hablan por sí solas. Hacía años que no se registraban tantos ataques a centros de acogida de refugiados como en el 2014. Para La Tercera Vía o La Derecha, formaciones políticas aparentemente insignificantes pero muy activas en Internet, la quema de albergues no es otra cosa que una forma de «desobediencia civil». Die Rechte, con sede en Baviera, asegura que si los «fanáticos de lo multicultural» prosiguen sus «políticas de alienación», pronto «arderá todo el país».

El Ministerio del Interior reconocía recientemente que solo había conseguido esclarecer un cuarto de los ataques a centros de acogida ocurridos el año pasado. Hay otra cifra inquietante que enciende todas las alertas. La violencia con móvil racista aumentó un 40 % en el 2014 con respecto al año anterior y recuerda peligrosamente los trágicos sucesos de los noventa, cuando incendiaron bloques de refugiados en ciudades del este de Alemania, como Hoyerswerda o Rostock, con víctimas mortales. También entonces los ultraderechistas vendían la imagen del alemán amenazado ante «avalanchas de refugiados». La mitad de los incidentes (61 de 130 ataques) se registraron en el este del país, donde sin embargo la densidad de población es mucho menor.

Estas cifras opacan otras mucho más positivas, que revelaba esta semana el barómetro político de la cadena pública ZDF. El 60 % de los alemanes cree que Alemania puede integrar el creciente número de refugiados que llegan al país. La mayoría asegura que este país necesita inmigración, aunque también una legislación que regule la llegada de trabajadores extracomunitarios.

Pero 800.000 refugiados como espera Alemania este año apenas son un 1 % de su población, y muchos expertos se preguntan ¿dónde queda la previsión germana? Ante los desmanes de Estado Islámico en Irak y Siria, la llegada de peticionarios de asilo político en Centroeuropa era para la mayoría más que previsible.