Varufakis planeó un sistema bancario paralelo por si la troika cerraba los bancos

Europa Press MADRID

INTERNACIONAL

ALEXANDROS VLACHOS | Efe

El exministro de Finanzas pretendía crear en secreto cuentas de reserva vinculadas a cada NIF que permitieran cambiar euros por dracmas «de la noche a la mañana»

27 jul 2015 . Actualizado a las 19:51 h.

El exministro de Finanzas griego, Yanis Varufakis, había preparado un sistema de pagos y una banca paralela utilizando el Número de Identificación Fiscal (NIF) de individuos y empresas que permitiría cambiar del euros al dracma automáticamente si la troika hubiese forzado el cierre de los bancos, como finalmente ocurrió, según ha informado el diario griego Kathimerini.

Según esta publicación, Varufakis ha explicado el plan en una teleconferencia con miembros de fondos de capital riesgo presuntamente coordinada por el exministro de Finanzas británico Norman Lamont a la que ha tenido acceso el diario y que tuvo lugar el 16 de julio, más de una semana después de que Varoufakis dimitiera de su cargo.

Varufakis explica en la llamada que obtuvo la aprobación del que sería primer ministro, Alexis Tsipras, el pasado mes de diciembre, un mes antes de las elecciones generales que dieron la victoria a Syriza, para perfilar un plan de sistema de pagos que permitiera funcionar en euros pero que pudiera cambiarse a dracmas (anterior moneda griega) «de la noche a la mañana» si fuera necesario.

«Así se hubiera creado un sistema bancario paralelo mientras los bancos estuvieran cerrados como consecuencia de la agresividad del Banco Central Europeo (BCE) y su negativa a darnos ni un respiro», explicó Varufakis.

Para ello, cuando ni siquiera era ministro comenzó a trabajar con un pequeño equipo para preparar el plan, que habría requerido la participación de al menos 1.000 empleados para ponerlo en marcha, pero no obtuvo el visto bueno final de Tsipras, apuntó.

Cuentas de reserva vinculadas a cada NIF

El plan preveía la apropiación del NIF de contribuyentes y empresas mediante el pirateo de la web de la Secretaría General de Ingresos Públicos, un organismo bajo control absoluto de la troika. «Queríamos crear en secreto cuentas de reserva vinculadas a cada NIF sin decírselo a nadie, solo para tener un sistema funcional. Con darle a un botón podríamos asignar números de identificación a los titulares de los NIF, a los contribuyentes», reveló.

Esto permitiría la creación de un sistema paralelo que podría funcionar en caso de que los bancos fueran obligados a cerrar y haría posible también realizar pagos entre terceros y el Estado, además de poder establecer de forma eventual la creación de un sistema bancario paralelo.

Como la secretaría general «está controlada completa y directamente por la troika», Varufakis llamó a un amigo suyo de la infancia, un experto en informática y profesor de la Universidad de Columbia, para hackear el sistema.

Una semana después de que Varoufakis se pusiera al mando del Ministerio de Finanzas, su amigo contactó con él por teléfono y le dijo que tenía el «control» del hardware pero no del software «que pertenece a la troika».

El plan de Schaeuble

Por otra parte, Varufakis también hizo referencia en la conversación al plan del ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schauble, quien, según explicó, busca reforzar las competencias de la UE sin dotarla de una estructura democrática federal. «Schaeuble tiene un plan. La forma en la que me lo explicó es muy simple. Él cree que la Eurozona no es sostenible como es ahora. Considera que tiene que haber algunas transferencias (de competencias) fiscales, algún grado de unión política. Cree que esa unión política puede funcionar sin ser una federación, sin la legitimidad que podría aportar un Parlamento federal elegido adecuadamente, sino sobre un ejecutivo, (pero) tendrá que hacerse de una forma muy disciplinada», explicó el exministro de Finanzas griego.

«(Schaeuble) me dijo explícitamente que el «Grexit» va a dotarle de la suficiente capacidad de negociación, con el suficiente poder de aterrorizar para imponer a los franceses lo que París rechaza. ¿Y qué es? La transferencia de París a Bruselas de las competencias para elaborar los presupuestos, al menos en cierta medida», apostilló.