El hombre de 94 años está acusado de complicidad en el asesinato de 300.000 judíos
15 jul 2015 . Actualizado a las 21:54 h.Oskar Gröning, conocido como «el contable de Auschwitz», de 94 años, fue condenado este miércoles por la Audiencia de Lüneburg (al norte de Alemania) a cuatro años de cárcel por complicidad en la muerte de 300.000 judíos en el campo de exterminio de Auschwitz.
La cámara alemana declaró culpable al procesado y superó con su condena de cuatro años la petición que había formulado la fiscalía, que era de tres años y medio, mientras que la defensa había solicitado su libre absolución.
El juicio contra Gröning se celebró en abril con una amplia confesión del procesado, quien admitió su complicidad en esas muertes, correspondientes a la llamada «Operación Hungría» en que más de 450.000 judíos fueron deportados a Auschwitz, de los cuales unos 300.000 fueron asesinados en las cámaras de gas tras su llegada al campo. El anciano, exmiembro de las SS hitlerianas, pidió perdón declarando que «Auschwitz es un lugar en el que nadie debería haber participado».
La defensa había alegado para su absolución que Gröning, de 23 años en aquel momento, realizaba tareas administrativas: «El rol del señor Gröning en Auschwitz fue mínimo», indicaba la letrada Susanne Frangenberg. Su cometido era incautar el dinero, el equipaje y las demás pertenencias de quienes llegaban como deportados a Auschwitz, con lo que contribuyó a la financiación del Tercer Reich.
La fiscalía, por su parte, reclamó tres años y medio de prisión para el exsoldado nazi. Los abogados del medio centenar de partes civiles, entre los que hay supervivientes del Holocausto y parientes de las víctimas, consideraron que la pena solicitada era demasiado baja, reclamando en algunos casos la cadena perpetua.
Pero entre los 14 supervivientes de Auschwitz, que dejaron en el estrado dolorosos testimonios, algunos explicaron que la decisión del tribunal solo tenía una importancia simbólica, al fin y al cabo Gröning tiene ya 94 años. Destacó el gesto de una de estas testigos, Eva Kor, de 81 años, quien tendió la mano al procesado. Este juicio, 70 años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, podría tratarse del último juicio del nazismo, se considera un exponente de justicia tardía contra crímenes de guerra.