Todo lo que puede pasar después de la consulta

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

CHRISTIAN HARTMANN | REUTERS

Lo único seguro el lunes es que los ciudadanos griegos seguirán pagando la crisis

05 jul 2015 . Actualizado a las 10:13 h.

La incertidumbre es el denominador común en todos los escenarios que se barajan para el futuro inmediato de Grecia. Independientemente del resultado que salga de las urnas, nada es seguro, excepto que a los ciudadanos seguirán cargando con la crisis.

¿Qué pasará si sale el sí?

Será un revés para Alexis Tsipras, que quedaría en una situación insostenible. Su ministro de Finanzas, Yanis Varufakis, anticipó que dimitiría si eso ocurre y sugirió que, tras la suya, podría venir una cascada de renuncias. Tsipras no ha querido ser tan tajante pero está claro que su Gobierno habría quedado deslegitimado y perdido respaldo ciudadano para seguir negociando.

Si Tsipras se queda pese a todo, ¿habrá acuerdo?

Se comprometió a cumplir la voluntad de los griegos pero poner en marcha un nuevo paquete de reformas con las señas de identidad de la troika sería una traición a sus promesas. Las negociaciones no se antojan fáciles y a Grecia no le queda tiempo. Tanto Tsipras como sus socios tendrían que llegar a un acuerdo político o buscar uno técnico con el BCE para no declarar el impago a Frankfurt de 3.491 millones el 20 de julio.

¿Quién negocia si Tsipras se marcha?

Si el Ejecutivo se disuelve abriría el camino a un Gobierno de unidad nacional. Una opción difícil de encajar teniendo en cuenta los intereses dispares entre las fuerzas del Parlamento. El apoyo fuera de Syriza está muy fragmentado y daría lugar a una coalición muy frágil e inestable. Otra opción es la convocatoria de elecciones anticipadas. El problema es la complejidad del procedimiento, que impediría alcanzar un acuerdo antes del 20 de julio. La tercera vía, que apuntó el presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, es la formación de un Gobierno de tecnócratas exclusivamente para firmar un acuerdo con la troika. Una modalidad desprovista de legitimidad que ya experimentaron Italia y la propia Grecia y que recibió feroces críticas.

¿Se habrán esfumado todos los riesgos?

Ni mucho menos. Aunque la voluntad de unos y otros es mantener a Grecia en el euro, la situación del país se ha deteriorado en los últimos meses. La banca reconoció el viernes que solo le quedan mil millones. Si no hay un acuerdo que garantice la viabilidad de la economía acompañado de un plan para recapitalizar a las entidades de forma inmediata, Grecia podría quebrar en cuestión de dos semanas.

¿Y si sale el no?

Sería un espaldarazo al Gobierno de Syriza, pero Grecia se adentraría en «aguas desconocidas» por utilizar la expresión del presidente del BCE, Mario Draghi. Aunque Tsipras argumenta que su posición en las negociaciones se podría ver reforzada, sus socios y la troika han advertido de que no habrá nada que negociar. «Sería un no a Europa», alertó esta semana Juncker sobre el voto negativo. Está por ver si la eurozona se arriesgaría a una ruptura definitiva antes que sentarse a negociar de nuevo sobre nuevas bases. Si así fuese, Grecia estaría abocada a la quiebra y a la salida del euro. El BCE retiraría la ayuda a sus bancos y el Gobierno se vería obligado a improvisar una nueva divisa para gestionar pagos domésticos, lo que supondría una devaluación brutal.