Los griegos dudan qué votar mientras se lanzan a la caza de alimentos

Leticia Álvarez ATENAS / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

La gente solo gasta su escaso efectivo en productos de primerísima necesidad

05 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

«¿Mantiene usted la calma en los momentos críticos?». Así parodia un viñetista local la pregunta que hoy los griegos responderán en las urnas. El debate político inunda cada recoveco de Atenas. Mientras algunos puestos ofrecen información para pedir el oxi (no) en el barrio de Kokokotroni, unas octavillas con el nai (sí) permanecían ayer esparcidas por Kalimármaro, el estadio Olímpico de Atenas.

Cerca de 11 millones de griegos están llamados a las urnas. Para que el resultado sea válido tendrá que contar con la participación de al menos el 40 % del electorado. El Gobierno ha hecho descuentos en billetes de trenes, autobuses y ferris públicos y suspendido peajes de autopistas para facilitar que los griegos puedan desplazarse a sus ciudades y fomentar así la participación.

«He cambiado de opinión y votaré no. ¿Por qué quieren todos en Europa echar a este Gobierno para negociar con otros? ¿Por qué no negocian con estos? ¿Por qué no negocia la reestructuración de la deuda con este Gobierno? ¿Quizá porque los otros están a su servicio y harán todo lo que les digan?», se pregunta Marios, un empresario griego.

Despina, una jubilada que tiene que estirar los 120 euros hasta el martes debido al corralito, espera que prevalezca el sí. «Creo que es necesario urgentemente un Gobierno de unidad nacional. El actual ha demostrado ser completamente incapaz de negociar nada. Desde mi punto de vista, y el de muchos, tenían en mente desde el principio un plan para volver al dracma», razona.

Ni Tsipras, ni Varufakis, ni ningún miembro del Ejecutivo hicieron ayer declaraciones públicas para convencer a los griegos de qué deben votar este domingo que, pase lo que pase, determinará el futuro del país.

En el presente, en el sexto día de corralito, los griegos repartían ayer su tiempo entre dudas de qué votar y cómo seguir sobreviviendo. La mayoría ha optado por gastar el escaso efectivo que tienen en solo lo estrictamente necesario: comida, gasolina o fármacos. En un supermercado de un suburbio acomodado de Atenas, algunos vecinos se lanzaban a la caza de productos de primera necesitad. «La gente compra arroz, pastas, cosas que puedan conservar mucho tiempo», contaba Alexandros Kakavas, cliente de una tienda del barrio de Pangrati. Mientras, la cadena de panaderías Veneti ha decidido repartir pan gratis a pensionistas, desempleados y familias numerosas hasta el fin del corralito.

Yanis: «Quiero una Europa fuerte con Grecia dentro»

Edad, 45 años. Profesión: trabajador del sector público. Yanis lo tiene claro. La consulta de hoy pone en «peligro la permanencia de Grecia en la eurozona». «Quiero una Europa fuerte con Grecia dentro», por eso votará sí, aunque considera que el «referendo es un chantaje del Gobierno. «Lo que nos preguntan es si queremos estar en Europa o volver al dracma», afirma. Tiene esperanzas en que la sociedad griega comprenda la gravedad de lo que está ocurriendo, porque le preocupa la división que vive el país.

En su opinión, Alexis Tsipras no ha negociado bien con los acreedores. Lo que más le preocupa es el control de capitales y la imagen que se está dando de su país. «Hay que ser conscientes que un corralito no va a desaparecer de la noche a la mañana. En Chipre las restricciones duraron dos años».

Stamatis Palumbi: «Hay que decidir entre la dignidad o la austeridad»

Edad: 45 años. Profesión: profesor de educación especial. No ha votado a Syriza y cree que su política negociadora ha sido «pésima», pero también que Europa está «chantajeando» a Grecia. Por eso Stamatis escogerá la opción de no aceptar la propuesta de los acreedores porque considera que va a ser igual de pobre dentro que fuera del euro. Sobre si entiende la pregunta del referendo es firme: «Es muy fácil, tenemos que decidir entre la dignidad o la austeridad». Afirma que hay una campaña para desacreditar al Gobierno griego, por eso apoyará a Tsipras en su lucha hasta el final. Es un fiel seguidor de las manifestaciones y avisa de que el pueblo heleno siempre ha respondido con «rotundidad» a las presiones externas: «Nos tienen que dejar votar libremente, es nuestro país y la gente tiene derecho a decidir si quiere más recortes en sus pensiones».

Cristina Karzi: «Parece que me dan a elegir entre mi Gobierno y la UE»

Edad: 24 años. Profesión: Psicóloga, pero es dependienta en una zapatería. Cristina confiesa que no entiende el contenido de la pregunta ni las consecuencias que conllevan. Votó a Syriza y apoya a Tsipras, pero imagina que votar no supone volver al dracma y no quiere. Si vota sí, «caerá el Ejecutivo». Lo que quiere es un acuerdo con los acreedores que no suponga una salida del euro, por eso está indecisa: «Me da la impresión de que la pregunta me hace escoger entre mi Gobierno y Europa y eso es algo que no puedo hacer». Su máximo miedo es que llegue el caos. «Si salimos del euro estaremos apartados del mundo, solos», razona. No tiene esperanzas de encontrar un trabajo acorde con sus estudios y culpa a la troika y a los políticos griegos que han gobernado durante 40 años: «Aquí siempre han mandado los mismos. Desde la familia Karamanli a la saga Papandreu».