«Los griegos están acostumbrados más que apesadumbrados»

J. C. REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Un grupo de jóvenes gallegos regresa de una semana en medio de la crisis

02 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

«Hace tres o cuatro años veía a los griegos más temerosos. Hoy me parece que están más acostumbrados que apesadumbrados». La opinión es de un observador de excepción: Juan Gil, profesor de griego del IES Valle-Inclán que cada año viaja a Grecia y que ayer regresaba de Atenas con un grupo de profesores y alumnos de varios centros de Pontevedra. Desde el aeropuerto de Barajas, donde esperaban un vuelo hacia Vigo, Gil explicaba que los últimos acontecimientos en la crisis griega no habían sido capaces de acabar con su generosidad: «Yo creo que las noticias magnifican la situación que se vive allí. La gente sigue haciendo su día a día y son, desde luego, tan generosos como siempre». Como ejemplo exponía el hecho de haber conseguido el pase gratuito para todos los alumnos en las visitas a los diferentes centros culturales, pese a que algunos ya habían superado los 18 años.

Pensando en volver

«Yo creo que todas las que hemos participado de este viaje regresamos pensando en volver», manifestaba Clara Pérez, una joven de 18 años del mismo instituto: «Ya nos dijeron que íbamos a visitar Grecia en un momento clave, pero nos sorprendimos». Explica Clara que en los lugares turísticos que visitaban la sensación de crisis no era apreciable «Pero a partir del lunes, con el corralito, ya empezamos a ver colas en los cajeros del metro. Allí se veía preocupación, aunque nada exagerado».

En general, el grupo se mantuvo al margen de los vaivenes políticos que han zarandeado a Grecia durante los últimos días, pero el cierre de los bancos provocó una serie de colas que no le pasaron a nadie desapercibidas: «Además, el último día, el taxi nos cobró el doble», explicaba otra alumna, Andrea Solla. El profesor Juan Gil cree que esta circunstancia estuvo más relacionada con el hecho de que cogieran a un taxista con poca ética más que a una tónica general. Lo que sí confirman varias alumnas es que el efectivo tenía mucho poder en las tiendas de recuerdos. «Si pagabas con efectivo te cobraban menos. A veces, la mitad», afirma Clara Pérez.

Andrea Solla habla de un aumento del ajetreo por las calles durante los dos últimos días, pero no de protestas significativas y considera que los acontecimientos tenían mucha más relevancia en los medios de comunicación que en su relación con los griegos. Juan Gil comentaba como algunos de los alumnos se habían sorprendido de que los griegos mostraran sus quejas en la plaza Syntagma enfocadas contra el sistema político y, sin embargo, aplaudieran a los soldados que hacían el cambio de guardia: «No entendía ese gesto de respeto, pero es que los soldados son funcionarios, gente del pueblo, como ellos». En cualquier caso, todo el grupo regresa con la idea de haber vivido días históricos en un país al que, si algo le sobra, es precisamente historia.