Empieza la cuenta atrás para el Grexit

Cristina Porteiro
c. porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

SIMELA PANTZARTZI | Efe

El referendo inclinará la balanza hacia la permanencia o la salida del euro

28 jun 2015 . Actualizado a las 11:13 h.

La situación de Grecia nunca fue tan delicada. El divorcio entre el Gobierno de Alexis Tsipras y el Eurogrupo plantea al país heleno un calendario tremendamente complicado. Al margen de los problemas bancarios y de caja a los que se enfrentará los próximos días, lo peor puede llegar tras el referendo.

¿Qué ocurrirá tras el portazo del Eurogrupo?

La consecuencia inmediata para Grecia es que, a falta de acuerdo sobre el programa de reformas, no obtendrá ayuda financiera para pagar 1.600 millones al FMI el martes. Los mercados saben que sin el paraguas de los acreedores, Atenas y su sistema bancario, secos de liquidez, no pueden sobrevivir. Esto puede provocar mañana, a la apertura de los mercados, pánico en las bolsas. Los griegos probablemente retirarán sus ahorros de los bancos por la incertidumbre sobre qué pasará con su dinero. En este escenario el control de capitales o corralito sería inevitable.

¿Qué pasará el martes, cuando acabe el rescate?

«El programa expira el martes por la noche y expirará». Así de taxativo fue el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem. No habrá prórrogas que permitan a Grecia mantener la puerta abierta a los 7.200 millones del rescate mientras prepara el referendo. Esto significa que el martes se habrá esfumado cualquier posibilidad de que Atenas acceda a un préstamo del que dependen los pagos de julio y agosto a sus acreedores (BCE y FMI).

¿Y si los griegos dicen sí en el referendo?

Todavía no está claro a qué dirán que sí. Tsipras sostiene que votarán la propuesta de la troika, pero el Eurogrupo niega que haya un texto final por lo que no reconocerá ningún resultado como guía para negociar de nuevo. Los ministros del euro consideran que el Gobierno griego ya no es creíble. Aun teniendo en la mano un acuerdo, no se fían de que Tsipras pusiese en marcha las reformas. Con los canales de diálogo rotos, Atenas se vería obligada a celebrar elecciones anticipadas o condenar a Grecia a salir del euro.

¿Qué pasa si dicen no a lo que pide la troika?

Si los griegos votan en contra de la propuesta de la troika, sellarían el Grexit definitivo. Sin un paquete de reformas aprobado por los acreedores, Atenas no verá ni un solo euro en el futuro. Con el sistema bancario estrangulado, la huida de capitales y una economía cayendo por encima del 1,2 % del PIB, Grecia no podrá hacer frente ella sola a sus obligaciones financieras. Las facturas más abultadas llegarán en julio (465 millones al FMI y 3.500 millones al BCE). Ante la insolvencia y quiebra del Estado, solo es cuestión de tiempo que el Gobierno se vea abocado a dejar el euro y adoptar una nueva moneda devaluada. El proceso es complejo porque los tratados no preven la salida automática de un socio de la moneda única. La moneda única es «irreversible». Sin el euro, Grecia no podría seguir en la UE, donde compartir moneda es una obligación de la que solo se dispensa a Reino Unido y Dinamarca.