Una persona decapitada en un presunto ataque islamista en el este de Francia

Agencias MADRID

INTERNACIONAL

PHILIPPE DESMAZES | AFP

Uno de los dos sospechosos, reducido por un bombero, ya ha sido identificado por la policía. Además, hay dos personas heridas

26 jun 2015 . Actualizado a las 18:11 h.

Una persona ha muerto decapitada y dos más han resultado heridas este viernes a consecuencia de un presunto atentado islamista cometido por dos personas contra una fábrica química del departamento de Isère, en el este del país. Uno de los presuntos autores ha sido detenido, tras haber sido reducido por un bombero. Resultó «ligeramente herido» al enfrentarse con el agresor, ha informado el prefecto de Isère, Jean-Paul Bonnetain, pero que logró «dominar la situación» rápidamente.

El suceso ha tenido lugar en la localidad de Saint-Quentin-Fallavier, cerca de Grenoble. Los dos hombres irrumpieron en la fábrica de Air Products a bordo de una camioneta. Posteriormente, se produjo en el interior una fuerte explosión, atribuida por los medios franceses a bombonas de gas. Según los últimos datos, el vehículo que entró en la fábrica estaba autorizado para pasar a la empresa, por lo que no levantó sospechas.

«A las 9.30 oímos una deflagración enorme, tuve miedo», ha contado la responsable de un hotel situado a unos cien metros del lugar. «Pensé en que había pasado algo en la fábrica, jamás me habría imaginado un atentado», ha contado al periódico Le Figaro.

Autorización para entrar

En declaraciones a un grupo de periodistas, el prefecto de Isère, Jean-Paul Bonnetain, ha explicado que el vehículo «no pudo entrar por sorpresa» en la fábrica, ya que contaba con el permiso necesario para hacerlo en esta instalación clasificada de «bajo riesgo industrial». Bonnetain ha agregado que se filtran todos los accesos a la fábrica, tanto a la entrada como a su salida, por lo que los vehículos que carecen de un permiso expreso no pueden acceder, por lo que entiende que «la seguridad fue respetada».

Las fuerzas de seguridad activaron un amplio dispositivo en la zona, donde se localizó el cadáver de una persona decapitada. La Fiscalía ha descartado que el cuerpo corresponda a alguno de los trabajadores de la fábrica asaltada, ha informado el periódico Le Monde

La Fiscalía antiterrorista de París ha asumido las investigaciones por lo ocurrido. La dirección antiterrorista (SDAT) y la de seguridad interior (DGSI) estudian por el momento la comisión de varios delitos, entre ellos cargos de asesinato o de terrorismo.

El presidente francés, François Hollande, tiene previsto abandonar el Consejo Europeo de Bruselas y regresar a primera hora de la tarde a París. Una vez allí presidirá el Consejo de Defensa, según ha informado el ministro de Defensa, Jean-Ivez Le Drian.

Por su parte, el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, se encuentra ya en Saint-Quentin Fallavier, mientras que el primer ministro francés, Manuel Valls, ha ordenado reforzar la seguridad «para garantizar una vigilancia reforzada en todos los lugares sensibles de la región de Ródano-Alpes». 

Estado islámico

Los medios locales han asegurado que al menos uno de los autores aseguró ser miembro del grupo terrorista Estado Islámico al entrar en la fábrica, donde también se habrían exhibido banderas yihadistas. Junto a la cabeza, había una inscripción en árabe, en el marco de una escena tachada de «macabra» por una fuente policial citada por Le Monde. A pesar de este posible trasfondo islamista, fuentes del Ministerio del Interior citadas por Libération han asegurado que el Gobierno de Francia no tiene ningún elemento que reafirme la autoría de Estado Islámico.

Detenidas la mujer y la hermana del sospechoso

Uno de los dos sospechosos de cometer el atentado, ya identificado por la policía como Yassin Salhi, de 35 años, trabajaba como chófer en una empresa de reparto, según ha confirmado su esposa y madre de sus tres hijos a la emisora de radio francesa Europe 1. La mujer también ha sido también detenida por la policía.

«No sé qué ha pasado, ¿lo han detenido? Se fue esta mañana a trabajar sobre las 7 de la mañana (05.00 GMT) -ha explicado la mujer- Trabaja como repartidor. No volvió a casa entre las doce y las dos (10.00-12.00 GMT) y lo esperaba por la tarde». «El corazón se me va a parar», ha agregado la mujer, muy emocionada, señalando que fue su cuñada quien le dijo que encendiera la televisión para enterarse de lo que sucedía.

«Dicen que es un atentado, pero no es posible. Lo conozco, es mi marido, llevamos una vida de familia normal. Va a trabajar y vuelve. Ahora no puedo contactar con él, me salta el contestador», ha continuado la esposa, que ha señalado además que su esposo «no tiene ningún interés» en cometer ese atentado.

La mujer ha asegurado que en su familia son «musulmanes normales» que estas semanas siguen el ayuno del Ramadán. Ha invitado a hacer registros en su casa y reprochado a las autoridades que no hubieran contactado con ella. «¿A quién puedo llamar para que me dé información? No entiendo nada. Tengo miedo de hacer cualquier cosa», ha indicado.

Además de la mujer, la hermana del supuesto autor del atentado se encuentra bajo custodia policial, según France Info. 

Con ello ya serían cuatro los detenidos por este ataque. Yassin Salhi, presunto terrorista, arrestado por los Bomberos nada más empotrar su coche contra las instalaciones industriales y detonar varias bombonas de gas; su esposa; su hermana; y una tercera persona, un hombre que había realizado movimientos sospechosos en las inmediaciones de la fábrica.

Detenidos varios «cómplices»

Las fuerzas de seguridad francesa han detenido a varios «posibles cómplices» de Yassin Sahli. El ministro del Interior francés ha añadido que «la investigación determinará si están implicados y, en caso de que así sea, de qué manera» colaboraron con el asalto.

Vigilado en al menos dos ocasiones

Sali, originario de Saint-Priest -en la periferia de Lyon-, estuvo vinculado con movimientos salafistas y fue vigilado por los servicios de inteligencia entre el 2006 y el 2008. Sin embargo, según ha indicado el ministro francés del Interior, Bernard Cazaeneuve, carecía de antecedentes penales. 

Los servicios de inteligencia abrieron una ficha por radicalización al supuesto terrorista en el 2006, aunque esta no fue renovada en el 2008, ha explicado el ministro. En ese tiempo el sospechoso tuvo vínculo con movimientos salafistas, pero «no se identificó que participase en actividades de carácter terrorista», ha añadido.

El detenido estuvo además sometido a vigilancia por parte de la Dirección General de Seguridad Interior (DGSI) del Ministerio del Interior galo en el 2013 y el 2014 y fue catalogado como un «musulmán radical», ha informado la cadena de televisión local RTL.

El departamento de Doubs de la DGSI redactó dos notas de información sobre Salhi, lo que derivó en que se estableciera un seguimiento. En las notas, los policías señalaban que Salhi y dos de sus amigos eran «musulmanes radicales» que pretendían crear un instituto musulmán en la localidad de Besançon. En la segunda nota de la DGSI, que tiene fecha de mayo del 2014, los agentes ponían de manifiesto que el presunto agresor manifestó signos de radicalización en Besançon. Los investigadores también apuntaban que tenía «ausencias regulares en periodos largos, de unos dos o tres meses, en los que no se podía determinar dónde estaba».

En Bensançon, siempre según las indagaciones de la DGSI, Salhi organizaba reuniones en su domicilio, situado en el barrio «sensible» de la Planoise, en ocasiones «con hombres con uniformes militares y llegando a hacer referencias en el rellano de su piso a la yihad y a Malí». El documento de los agentes también ponía de manifiesto que el hombre experimentó un cambio «brutal», perdiendo peso de manera notable y afeitándose la barba. Tras estas anotaciones, se decidió incluir a Salhi en la lista de vigilancia, pero posteriormente no se decretó una «verdadera vigilancia reforzada», según señala RTL.

La víctima decapitada

Los investigadores barajan entre sus hipótesis que el presunto responsable, Yannis Sahli, trabajase para la empresa de transportes de la persona que ha sido hallada decapitada, según Le Figaro.

Según las declaraciones de los testigos, Sahli llegó a la fábrica poco antes de las 9.50 horas y pudo pasar un primer control gracias a que solía entregar pedidos en la factoría. Tras este primer acceso, se saltó a bordo de una camioneta un segundo perímetro de seguridad.

Sería entonces cuando Sahli descendió del vehículo -en el que aparentemente viajaba solo- y prendió fuego a varias botellas de gas. Los bomberos que vigilan las instalaciones corrieron hacia el lugar y lograron interceptar a este asaltante, al que retuvieron a la espera de la llegada de la Gendarmería.

Sin embargo, en toda esta historia, los investigadores aún deben aclarar la macabra escena de la decapitación. Le Figaro apunta que es posible que Sahli matase a su jefe y después se llevase el cuerpo a la fábrica. Antes de irrumpir en el interior del complejo, habría ensartado la cabeza en una alambrada de seguridad y dejado el cuerpo más alejado de la fábrica.

El periódico Le Dauphiné Libéré también ha asegurado que el cadáver correspondería al gerente de una empresa de transportes que se encontraba en la zona para efectuar una entrega.