El racismo es más letal en EE.UU. que el yihadismo

Victoria Toro NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

MLADEN ANTONOV | AFP

Un senador de Carolina reconoce en público la historia racista de su familia

25 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La matanza de Charleston ha puesto ante las narices de los estadounidenses su propia realidad, una realidad que sin estar oculta no ocupaba el espacio que debía. El racismo sigue existiendo y no se trata de una amenaza abstracta. Según un informe, desde los atentados del 11 de septiembre del 2001 racistas y extremistas antigobierno han matado casi el doble de ciudadanos en Estados Unidos que los yihadistas.

Mientras estos últimos han acabado con la vida de 26 personas, supremacistas y extremistas de derechas han matado a 48. No solo eso, a pesar de que la palabra terrorismo se ha convertido en sinónimo de las acciones islamistas, una encuesta realizada a cuatrocientos departamentos de policía ha revelado que la mayor amenaza para la mayoría de ellos, un 74 %, es la de esos extremistas anti gobierno y solo un 39 % considera que es mayor la de los yihadistas. Cada día aumenta la idea de que la amenaza del extremismo islamista ha sido exagerada y, al revés, la de los supremacistas ha sido subestimada.

Hillary Clinton calificó el crimen de Charleston como «un acto de terrorismo racista», entrando en el debate que sacude EE.UU. Y al tiempo que se discute cuál es la amenaza real, los estadounidenses continúan debatiendo sobre la bandera confederada, símbolo de los supremacistas pero que, a la vez, es aceptado oficialmente en algunos de los estados del sur. Grandes cadenas como Wal-Mart Sears Holdings, al igual que comercio on line como Amazom, Google o eBay, han retirado de la venta los productos que contienen esa enseña.

Una bandera que seguía ondeando ayer en el Capitolio de Columbia, capital de Carolina del Sur, mientras eran velados los restos de Clemanta Pinckney, que además de congresista estatal era pastor de la iglesia que atacó Dylann Roof y que se convirtió el miércoles pasado en una de sus nueve víctimas. Para impedir que se produjeran disturbios en los funerales de las víctimas, Charleston aprobó una normativa temporal que prohíbe las manifestaciones.

El crimen racista de Charleston sigue deparando escenas impensables hasta hace unos días. Como la del senador estatal de Carolina del Sur, el republicano Paul Thurmond, reconociendo ante la Cámara la historia racista de su familia. «Soy consciente de mi herencia y no estoy orgulloso de ese patrimonio. Hay que acabar con la bandera de la confederación y debemos hacerlo ahora» dijo Thurmond, hijo de Strom Thurmond, defensor histórico del segregacionismo y senador en Washington hasta el año 2003.

Asesinatos racistas: 48

Asesinatos yihadistas: 26