El barrio griego en el que habla la crisis

Leticia Álvarez ATENAS

INTERNACIONAL

Aitor Saez

Exarchia se ha convertido en un ágora posmoderna de la resistencia urbana

25 may 2015 . Actualizado a las 17:18 h.

«Ladrones», «No vamos a olvidar»: son mensajes que inundan la plaza de Exarchia. A pocos metros el dibujo de un joven vestido de negro lanzando un cóctel molotov reposa sobre un viejo muro de piedra. Desde que empezó la crisis los grafitis que cubren cada recoveco del barrio más bohemio de la capital griega están marcados por la política de austeridad. Es un territorio anarquista para los más jóvenes, pero también el centro del arte urbano ateniense donde el lienzo son las paredes. «Exarchia es diferente al resto de Atenas, no encontrarás otro barrio así. La gente viene y expresa sus ideas. Con carteles, pinturas o debatiendo», explica Rica Rodaki, vecina de la zona. Los grafitis guían al transeúnte por las estrechas calles. A las puertas de un colegio los miembros de la troika vigilan la entrada pintados de riguroso negro. A tan solo unos pasos el rostro de un bebé muestra un mensaje: «Por nuestro hermano Grigoropoulos».

«Todas las semanas tenemos a jóvenes lanzando cócteles molotov», señala Yorgos Panormos, un policía griego que vigila en los aledaños del barrio. Las fuerzas de seguridad prefieren no arriesgarse e intentan evitar, siempre que pueden, entrar en la zona, y cuando lo hacen es interpretado como una provocación. Empieza así el cruce de gases lacrimógenos y cócteles caseros donde no faltan coches y contenedores quemados. «Es un barrio muy politizado, sí, pero no es peligroso para los turistas», aclara el agente de policía. Entre los dueños de negocios y vecinos del barrio se repite la misma queja: la destrucción que ha provocado los últimos años de constantes manifestaciones. «Ha caído en la total marginalidad, está todo lleno de garabatos, esto no son grafitis», discute un conocido exjugador del equipo de baloncesto chipriota Apollon con un joven que deja su huella en la pared.

«Tenemos que preservar la memoria de décadas de represión. En este barrio se luchó contra la dictadura y ahora son los recortes los que nos asfixian», le responde Nikos, estudiante de Derecho en la Universidad de Atenas mientras escribe «dictadura» ayudado de una plantilla de plástico. En 1973, durante la dictadura militar de la Junta de los Coroneles, los tanques del Ejército recorrieron las calles de Exarchia de camino a la Universidad Politécnica, fue allí donde medio centenar de estudiantes perdieron la vida en un intento fallido de acabar con el gobierno militar. En aquel momento, el barrio se convirtió en la cuna de movimientos anarquistas y protestas sociales. «Es una forma de expresar la pérdida de una generación, la rebeldía», apunta Marita, estudiante de políticas. «No podría vivir aquí, todos los cajeros están quemados, los sábados siempre acabas oliendo el gas lacrimógeno». Sin embargo, es parte activa en los enfrentamientos. «Aquí en Exarchia cada uno elige cómo expresarse, con grafitis o lanzando piedras, lo que hacemos es mostrar el descontento de una generación», advierte.