Cristina depura su sucesión

marcela valente BUENOS AIRES / COLPISA

INTERNACIONAL

Prensa Presidencial | EFE

La presidenta argentina hace purga de candidatos y consolida un respaldo que facilitaría el triunfo electoral del oficialismo

19 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

En una semana han abandonado tres candidatos presidenciales del oficialismo en Argentina. Fue en respuesta a la petición de la presidenta Cristina Fernández de «un baño de humildad» a algunos dirigentes de su espacio político que se habían anotado en la carrera, pero que no habían conseguido arrastrar a una masa crítica de votantes. La reacción obediente, que pone de relieve el liderazgo que conserva Cristina en el Frente para la Victoria (FV), redujo la disputa para las primarias de agosto a solo dos contendientes: el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, y el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo.

La depuración evidencia que la mandataria tomó nota de lo que ocurrió en las primarias de abril en la ciudad de Buenos Aires, cuando el FV salió como el tercero más votado. La fuerza política de Cristina se presentó con cinco postulantes para que el votante decidiera y la fragmentación los perjudicó.

Por eso ahora, cuando faltan tres meses para las primarias nacionales, Cristina, que termina su segundo mandato y deja el cargo, puso a su hijo Máximo Kirchner a hacer limpieza. Máximo logró convencer a dirigentes leales pero poco conocidos, como el gobernador de Entre Ríos, Sergio Uribarri, que juraba fidelidad al cristinismo, y a los exministros Jorge Taiana y Agustín Rossi, también del núcleo progresista. El camino quedó allanado para que la puja se dirima entre Scioli y Randazzo. Ninguno cuenta con la bendición de la presidenta, que juega a mostrarse prescindible y hasta facilitadora. A pesar de ese aparente apoyo, ninguno de los dos podría pasar, para ella, la prueba del kirchnerismo puro.

Con la purga, el escenario se presenta favorable al oficialismo, que podría consolidar respaldos dispersos, aunque el candidato que gane las primarias no será un delfín de Cristina. El analista político Rosendo Fraga explicó que la estrategia de la presidenta «está subordinada a su intención de retener poder tras dejar el Gobierno». De ahí su decisión de reducir candidatos, dijo. «Quiere que, si gana Scioli, no tenga un triunfo suficiente como para prescindir de su apoyo».

«Los votantes de los excluidos posiblemente irán a Randazzo», según Fraga. Para la oposición la competencia se hace ahora más cuesta arriba. Según el sondeo de Poliarquía de abril, Scioli iba primero con el 33,4 % de apoyos. Le seguía Mauricio Macri, jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, con el 27,3 %, liderando una fuerza conservadora pero pujante. El tercero es Sergio Massa, que fue jefe de Gabinete de Cristina y creó su propia agrupación. Tenía el 20,1 % de intención de voto, pero estaba a la baja. A los tres primeros les sigue Randazzo, que estaba cuarto con el 12,5% de apoyos.

Si después de la interna los apoyos de Randazzo se suman a los de Scioli, el FV podría ganar las elecciones de octubre solo con los votos de su partido.