Varios países rechazan el plan de Bruselas de reparto de refugiados

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

CARL OSMOND / MOD / HANDOUT | EFE

España, la República Checa y Hungría se oponen a las cuotas que propone Juncker

14 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El 19 de abril se produjo la mayor tragedia humana que se recuerda en el Mediterráneo. La vergüenza y la indignación que despertó la inacción de los Gobiernos de la UE dieron paso al compromiso. Ese pacto se materializó ayer en la presentación de un plan inédito para la migración lanzado por la Comisión Europea de Jean-Claude Juncker. Lejos de ser respaldado, como prometieron entonces, el programa nace herido de muerte por la hostilidad de un nutrido grupo de países.

Bruselas propuso ayer dos medidas estrella: la urgente puesta en marcha de un mecanismo de cuotas por países para la distribución «equitativa» de los ya asilados en la Unión Europea y un plan de acogida de 20.000 nuevos refugiados que aún están en sus países, en el 2015 y el 2016, la mayoría procedentes de Siria.

Cuatro indicadores

Las cuotas se han fijado atendiendo a cuatro indicadores; población, PIB, paro y el número de asilados acogidos. A pesar de que las propuestas no son ambiciosas, algunas capitales europeas han adelantado que no piensan colaborar. «Compartir la responsabilidad es la base de nuestra credibilidad», advirtió la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini. Ni sus palabras, ni los refugiados son bienvenidos en el Reino Unido, cuya ministra del Interior, Theresa May, anunció que no piensan abrirle sus puertas. «Los inmigrantes que intentan llegar a la UE deberían ser reenviados», aseguró antes de indicar que el plan de Bruselas «solo alentará a más gente a arriesgar su vida». Según los tratados europeos, británicos, irlandeses y daneses estarán exentos de participar en los programas de acogida y redistribución.

La República Checa rechazó el carácter obligatorio de la propuesta. España y Hungría también se sumaron a la cruzada contra las cuotas, agrandando la brecha abierta con países como Alemania o Suecia, quienes absorben al 44 % de los asilados.

«No rechazamos colaborar pero el peso que soportamos es proporcionalmente muy superior al de otros países», se quejó el ministro de Exteriores, García Margallo. España, según la propuesta comunitaria, será uno de los países más afectados porque se le asigna un porcentaje del 9,1 % de los ya asilados y el 7,75 % de los 20.000 nuevos (1.549). Una cifra lógica para la quinta economía de la UE que en el 2014, fue uno de los países que menos personas acogió apenas 1.600 (el 1,15 %).

La UE solo propone atacar por mar a los traficantes de personas en Libia

El foco está puesto ahora en combatir a las mafias de personas que operan en Libia. Bruselas solicitó ayer a los ministros de Defensa y de Exteriores de la UE que den luz verde el lunes a una operación naval para capturar y destruir las embarcaciones de los traficantes. Es decir nada de ataques con drones, como quería por Matteo Renzi, ni mucho menos una operación en tierra. En este sentido Federica Mogherini aclaró: «No estamos planificando de ninguna manera una intervención militar en Libia».

Explicó que la misión deberá contar con el aval de la ONU y con el consentimiento de las «autoridades libias pertinentes», esto es, con el consenso de los bandos enfrentados en la guerra civil que asola el país. España podría aportar un barco y un avión.

De forma paralela, la UE desplegará agentes en los países con mayor flujo migratorio y establecerá un plan piloto en Níger, principal país de tránsito hacia Libia. Allí se gestionarán las solicitudes de asilo. Como estaba previsto, Bruselas también propuso a los Gobiernos europeos triplicar durante los próximos dos años los fondos destinados a las operaciones Tritón y Poseidón de Frontex. También se movilizarán 60 millones de euros para ayudar a los países en primera línea del Mediterráneo con el fin de agilizar la identificación de inmigrantes,  las solicitudes de asilo y la ejecución de las órdenes de expulsión.