Hollande se adelanta a sus socios de la UE para hacer negocios en Cuba

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

ALEX CASTRO | AFP

Se convierte en el primer dirigente del Viejo Continente en visitar la isla desde el deshielo con EE. UU.

12 may 2015 . Actualizado a las 13:18 h.

El presidente François Hollande se convirtió ayer en el primer dirigente europeo en visitar Cuba desde el deshielo con EE. UU. Una visita histórica en la que además de reforzar las relaciones políticas busca oportunidades de negocio para las empresas francesas. Y el régimen castrista lo recibió con todos los honores, que incluyeron una reunión con los dos Castros, Fidel y Raúl.

A su llegada ayer de madrugada a La Habana, Hollande se mostró emocionado por su visita ya que «es la primera vez que un presidente de la República francesa viene a Cuba». En abril del 2014 Francia renovó su diálogo con Cuba con una visita a la isla de su jefe de la diplomacia, Laurent Fabius. Desde entonces está en primera línea del acercamiento entre la UE y La Habana, que ambas partes quieren concretar antes de que acabe el año. Décimo socio económico de la isla, París quiere ampliar su presencia en el mercado cubano y no dejar pasar el tren de la apertura económica. Numerosos empresarios franceses acompañan a Hollande en una delegación que incluye a siete ministros.

En su primer acto público, en la Universidad de La Habana, el presidente galo pidió el fin del embargo de EE.UU. a Cuba, que según él ha «perjudicado» el desarrollo de la isla. Todos los años Francia vota a favor del levantamiento del embargo en la Asamblea General de la ONU.

Antes del discurso en la universidad, Hollande impuso la Legión de Honor al cardenal Jaime Ortega, por su destacado papel de mediador en la liberación de presos políticos.

Hollande confirmó que no se olvidará de la cuestión de los derechos humanos. «Hablaré de derechos humanos ya que cada vez que hay presos políticos, cada vez que hay infracciones a la libertad, Francia no cierra la boca», afirmó. El mandatario francés rompió el protocolo al caminar por calles de La Habana y estrechar la mano con muchos cubanos que se acercaron a saludarlo.