El colosal rescatador de Rodas

F. B. F. LA VOZ

INTERNACIONAL

EUROKINISSI | REUTERS

Un sargento griego salvó al menos a 20 personas en el naufragio de una embarcación de refugiados en la mítica isla del Dodecaneso

27 abr 2015 . Actualizado a las 20:53 h.

Fueron tres vidas, pero pudieron ser muchas más. El pasado lunes encalló en una zona rocosa de la isla griega de Rodas (Grecia) una destartalada embarcación en la que viajaban 93 sirios y eritreos huyendo a la desesperada de la guerra. La travesía se estropeó a muy pocos metros de la costa, pero suficientes como para que alguien que no sabe ni flotar logre poner pie en tierra firme tras más de seis horas de travesía tras haber zarpado del puerto turco de Marmaris. En el pueblo dieron la voz de alarma, y como sucedió en Angrois, primero los vecinos y pescadores de la zona, y luego los servicios de rescate, que se iban sumando a un improvisado equipo de trabajo, comenzaron a sacar a la gente del agua a la desesperada, lamentando como tres cuerpos se marchaban al fondo del mar sin remedio.

El lunes a las 08.00, el fornido sargento Antonis Deligiorgis disfrutaba en una terraza en una cafetería pegada a la playa de Séfiros de esa gran pasión nacional que consiste en tomar café con posos. Fue entonces cuando percibió que una rudimentaria embarcación comenzaba a desintegrarse al romper contra las rocas, y que el pasaje estaba pasando algo más que apuros. Entre ellos, una joven eritrea, que se aferraba con todas sus fuerzas a una boya blanca que flotaba tras el naufragio.

«El bote se descompuso en cuestión de minutos. Como si fuese un barquito de papel. Hice lo que tenía que hacer. Me quité la camiseta y me lancé al agua», recuerda Antonis. Así, uno a uno, logró rescatar él solo a 20 de los 93 refugiados que viajaban a bordo.

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En declaraciones a The Observer comenta que «el mar estaba agitado y lleno de gasoil. Las rocas de la zona son muy afiladas. Me hice cortes bastante profundos en las manos y en los pies». Llevaba más de un cuarto de hora sacando cuerpos del Mediterráneo cuando vio a Nebiat. «Tenía graves dificultades para respirar. Y yo estaba con problemas para levantarla. Algunos chicos de la guardia costera me ayudaron, para luego ponerla sobre mis hombros».

Antonis Deligiorgis también rescató a una mujer que dio a luz cuatro días más tarde en el hospital de Rodas. El bebé se llamará Antonis.

Pero este sargento no fue el único que colaboró en las tareas de salvamento. Los supervivientes aseguran que no han cesado de recibir muestras de bondad por parte de los habitantes de esta isla del Dodecaneso. Como la mujer que desnudó a su propio hijo para vestir a otro. «Son personas. Como nosotros», dice Babis Manias, uno de los pescadores locales.