Tsipras no consigue ablandar a Merkel ni atraer a Hollande

adolfo lorente BRUSELAS / COLPISA

INTERNACIONAL

ANDREA BONETTI | EFE

El Eurogrupo rechazará hoy en Riga la propuesta de Atenas de llegar a un acuerdo político provisional antes de final de abril

24 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Y Grecia, qué pasa con Grecia? Caras de incredulidad, hombros encogidos, impotencia... Solo Alexis Tsipras tiene la respuesta y, de momento, la sonrisa inocente que siempre dibuja cuando aterriza en Bruselas es un enigma imposible de descifrar para los burócratas. Ayer, el líder de Syriza volvió a la capital de la UE para hablar de inmigración y, de paso, reunirse con los dos grandes mandatarios del Viejo Continente en busca de un acuerdo que cada día que pasa se hace más difícil. Angela Merkel y François Hollande escucharon, asintieron y volvieron a recordar que las reglas están para cumplirlas y que, si quiere dinero fresco del Eurogrupo, no tiene más remedio que presentar unas lista de reformas creíble. Tsipras insistió en sus líneas rojas, esas que tarde o temprano cambiarán de color si no quiere llevar a su país a un impago y a sus conciudadanos, al abismo del corralito.

Tsipras insiste en perseguir la bendición de Berlín al más alto nivel con la complicidad de París. La puerta se le ha cerrado una y otra vez, pero el griego insiste. Ayer volvió a hacerlo en los márgenes de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno, donde pidió un acuerdo provisional antes de finales de abril.

La respuesta fue la de siempre, según fuentes diplomáticas. El órgano competente es el Eurogrupo y es ahí donde se deben alcanzar las soluciones. Y hoy, por cierto, es una fecha propicia para lograrlo. Porque los ministros de Finanzas del euro se reúnen en Riga (Letonia). Una cita que hace apenas unas semanas llevaba el aura de clave, pero que el paso de los días ha convertido en un «no esperamos grandes cosas».

Grecia se niega a asumir los postulados de la troika para desbloquear los 7.200 millones pendientes del segundo rescate. Reforma laboral, pensiones, subida del IVA y privatizaciones confirman las líneas rojas helenas. Y ahí siguen desde el preacuerdo del 20 de febrero, en ese tira y afloja de un partido que solo contempla un perdedor, porque cuando uno tiene el dinero y el otro lo necesita, el desenlace es obvio.

Primero se habló de Riga como fecha límite para alcanzar un acuerdo, luego del Eurogrupo que se celebrará en Bruselas el 11 de mayo y ahora ya nadie se atrever a decir nada. «El único deadline (fecha tope) es el 30 de junio, el día en que termina la prórroga de cuatro meses aprobada el 20 de abril», asegura un alto mandatario comunitario.