«Z42» figuraba en la lista de los siete narcos más buscados del país
04 mar 2015 . Actualizado a las 23:23 h.Menos de una semana después de la captura de Servando Gómez Martínez, la Tuta, el jefe del cartel de Los Caballeros Templarios y exjefe de La Familia Michoacana, las autoridades mexicanas asestaron ayer un nuevo golpe al crimen organizado con la detención de Omar Treviño Morales, líder de los sanguinarios Zetas. La detención de Treviño, de 41 años y jefe del cartel desde hace menos de dos años, tuvo lugar en el municipio de San Pedro Garza García, el más rico del área metropolitana de la ciudad de Monterrey, a 900 kilómetros, al norte de la capital mexicana.
Es el octavo gran capo capturado en México desde la llegada de Enrique Peña Nieto a la presidencia del país azteca en enero del 2012. En julio del año siguiente era detenido su hermano Miguel Ángel, alias Z-40, que entonces era el jefe máximo de Los Zetas, y menos de un año más tarde el arrestado fue Joaquín Guzmán Loera, el Chapo, líder del cartel de Sinaloa. Ismael, el Mayo Zambada, es ahora el último gran capo mexicano en libertad.
La detención de Z-42 tuvo lugar al filo de las cuatro de la madrugada de ayer -sobre la una de la tarde hora española-, en una operación de fuerzas federales con participación del Ejército, la Marina y la Policía Federal, según fuentes oficiales.
El Departamento de Estado estadounidense ofrecía una recompensa de cinco millones de dólares por información que condujera a su captura, mientras que la Procuraduría General de México pedía 30 millones de pesos (dos millones de dólares).
Otras organizaciones criminales rivales también habían ofrecido una recompensa por la muerte de Z-42 a través de narco-mantas. En junio del 2013, un mes antes de que asumiese el liderazgo del cartel, mantas firmadas con el nombre de un grupo escindido de Los Zetas conocido como Los Legionarios aparecieron en varias ciudades de Tamaulipas, ofreciendo un millón de dólares a cambio de información sobre la ubicación de Treviño Morales.
Exsicario
Según Mike Vigil, el exjefe de operaciones internacionales de la agencia antidroga norteamericana DEA, Omar Treviño, en los comienzos de su carrera delictiva, fue un despiadado exsicario del cartel del Golfo que se jactaba de haber matado personalmente a más de mil personas. Opina que con él cae el último de los líderes sólidos de Los Zetas.
El cartel sanguinario formado por militares de élite desertores
Los Zetas, un cartel formado por militares de élite desertores, operan sobre todo en el este de México y se dedican al tráfico de drogas, pero también al tráfico y extorsión de inmigrantes y al robo de gasolina. Es conocido por sus brutales formas, como las decapitaciones o las disoluciones en ácido de sus rivales. Una de las matanzas más sonadas que se les atribuyen fue la de 72 inmigrantes en la ciudad de San Fernando, Tamaulipas, en agosto del 2010.
Para algunos analistas, lo Zetas están actualmente debilitados por la cruenta pugna que desde el 2010 mantiene con sus otrora aliados del cartel del Golfo y por la detención de sus principales líderes en los últimos tres años. Ricardo Ravelo, el autor de Narcomex, no cree que esté en declive, sino en reacomodo. «Es un grupo totalmente diferente a los carteles que conocemos. Opera con células, parecido a como lo hacen las FARC en Colombia. Tienen un liderazgo, una base contable y una estructura de sicariato. Son franquicias».