Al ministro Margallo le falla la calculadora

M. Mora, G. Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

13 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

España -y en menor medida Portugal e Irlanda-, un país que tuvo que llamar a las puertas de Europa para pedir dinero prestado con el que rescatar a sus bancos, es ahora el principal azote de Grecia. Tanto que hasta les hace sombra a los halcones del norte. No pierden ocasión los miembros del Gobierno de Rajoy de recordarles a los helenos, cada vez que tienen ocasión, que nos deben una millonada: 26.000 millones, según el ministro de Economía, Luis de Guindos; y 32.744, según el de Exteriores, José Manuel García Margallo.

Tal es la saña que el canciller federal de Austria, uno de los países más inmisericordes con los vecinos del sur, el socialdemócrata Werner Faymann, les tuvo que recordar ayer a sus socios que Grecia se merece una oportunidad «buena y justa» como la que se les brindó en su día a otros socios en apuros, mención expresa incluida al dinero que España recibió para sanear su sistema financiero.

Se le olvida, en cualquier caso, al Ejecutivo aclarar que eso de que Grecia nos debe 26.000 millones no es del todo cierto. Porque no es verdad que todo ese dinero haya salido de las arcas públicas. En el primer rescate griego, que se instrumentó mediante préstamos bilaterales, España aportó 6.650 millones. Esos sí que nos los deben a nosotros. El resto, hasta llegar a los 26.000 millones de los que habla De Guindos, son avales. Es decir, se los prestaron otros. El Fondo Europeo de Rescate el que más: 141.800 millones. Para conseguir ese dinero, el fondo emitió bonos. Y los Estados avalaron esas emisiones de deuda. Lo hicieron en función de su peso en el mecanismo. A España le correspondieron algo más de 18.000 millones, de los que no puso ni un euro, solo se comprometió a pagarlos en caso de que Grecia no los abone. Esos millones no retornarán a las arcas españolas porque nunca salieron de ellas.

Más sangrante aún es lo del ministro Margallo, que ayer culpó a los griegos de que las pensiones no suban en España. Y es que asegura el titular de Exteriores que, con la contribución española al rescate de la economía helena, el Gobierno podría haber incrementado «las prestaciones por desempleo un 50 % o aumentar las pensiones un 38 %». La ecuación es imposible. Los Presupuestos Generales del Estado para este año reservan 131.659 millones para el pago de pensiones, por lo que los 32.744 millones de los que habla Margallo no darían ni para incrementar un 25 % esa partida. Y eso sin entrar en que el Estado no puede repartir un dinero del que no disponía (solo un 20 % era contante y sonante) y que el ministro olvida, u omite, que la alegría solo duraría un año, porque no habría recursos para prorrogar la subida.