El indigesto menú del ministro de Finanzas

mercedes mora REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

El ministro griego de Finanzas, Yanis Varufakis, en el Parlamento de Atenas.
El ministro griego de Finanzas, Yanis Varufakis, en el Parlamento de Atenas. YANNIS KOLESIDIS | EFE

Propondrá diez nuevas reformas, a pactar con la OCDE, no con la troika

11 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Grecia necesita dinero para mantenerse en pie. Hasta mayo, dijo la semana pasada su ministro de Finanzas, Yanis Varufakis. Un plazo que luego el primer ministro, Alexis Tsipras, extendió hasta finales de junio y que fuentes del ministerio de Varufakis alargaron este lunes hasta septiembre. Lo saben los griegos y lo saben sus socios. Por eso el Eurogrupo de hoy se presume calentito. Acude al encuentro el muy mediático -pero no tan diplomático- Varufakis con una propuesta bajo el brazo, desgranada en parte ayer por la prensa griega y alemana. No quiere Grecia una extensión del actual rescate ni, mucho menos, un tercero. Lo que quiere es su ya famoso crédito puente para sobrevivir financieramente mientras negocia con sus socios una solución para la monumental deuda helena. Seis meses de tiempo muerto es lo que les pedirá. Desde el 1 de marzo hasta el 31 de agosto. No quiere los 7.200 millones de euros del último tramo del rescate que expira el 28 de febrero. Lo que quiere es que el BCE le devuelva los 1.900 millones de euros que ha ganado con los bonos griegos que tiene en su cartera. Que le deje emitir 8.000 millones más en letras del Tesoro (el techo para este año está fijado en 15.000). Que le permitan emplear los algo más de 11.000 millones de euros que contiene el Fondo Heleno de Estabilidad Financiera (el equivalente a nuestro FROB). Dinero destinado a la recapitalización de los bancos griegos que no ha sido utilizado por el país.

Eso, y que le abran la mano con el objetivo de superávit primario (sin contabilizar lo que destina a pagar los intereses de la deuda), bajándolo a la mitad: 1,5 %. A cambio, Varufakis les ofrecerá la promesa del Ejecutivo heleno de respetar el 70 % de los compromisos adquiridos por el país cuando firmó el rescate. No así el otro el 30 %, que los hombres de Tsipras califican de «medidas tóxicas», incompatibles con el programa electoral que los ha llevado en volandas hasta el Gobierno. En su lugar proponen otras diez reformas estructurales que Atenas pactaría con la OCDE, no con la troika. Esta última tampoco supervisaría las reformas. Lo harían la Comisión Europea y el FMI, por separado y en territorio neutral: Bruselas o incluso París.

«Nosotros hablaremos de una ?financiación puente?, ellos [el resto del Eurogrupo], de ?extensión técnica?», resumía ayer una fuente del Ministerio de Finanzas griego a la agencia France Press, apostando así por una solución que permitiría salvar la cara a todas las partes.

Con todo, prácticamente nadie espera un acuerdo de la reunión de hoy. Tsipras ha de poder vender en Atenas que ha acabado con la austeridad. Europa, con un ojo puesto en las elecciones de España y Portugal, que las concesiones exigen sumisión. Y eso lleva tiempo.

Schäuble agua la fiesta a los mercados, que apostaban al acuerdo

La idea de un inminente acuerdo entre Grecia y sus socios para prorrogar las ayudas al país heleno durante seis meses, sobrevoló ayer los mercados del Viejo Continente, que lo celebraron con una tregua que aprovecharon para restañar heridas.

Las bolsas subieron, sobre todo la de Atenas, claro (casi un 8 % recuperó); y las rentabilidades de los bonos se relajaron (la de los títulos griegos a diez años, hasta colocarse otra vez por debajo del 11 %). Pudo ser mejor. Pero, llegó el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, abrió la boca para desmentirlo y se acabó la fiesta.