La fiscala imputa al colaborador que le llevó la pistola a Nisman

marcela valente BUENOS AIRES / COLPISA

INTERNACIONAL

Diego Lagomarsino, colaborador de Alberto Nisman.
Diego Lagomarsino, colaborador de Alberto Nisman.

Diego Lagomarsino era su asistente en asuntos informáticos

27 ene 2015 . Actualizado a las 12:42 h.

Acusado de haber facilitado el arma con la que perdió la vida el fiscal argentino Alberto Nisman, Diego Lagomarsino, su asistente en asuntos informáticos, se convirtió ayer en el primer imputado en la que sigue clasificada de «muerte dudosa». El primer imputado en la investigación reconoció que el sábado 17 él mismo había entregado a Nisman su pistola Bersa calibre 22 hallada junto al cadáver. Lagomarsino ya había declarado el lunes 19 que el fallecido se la había pedido «por seguridad», y que por eso fue a buscarla y regresó ese mismo día.

A uno de sus escoltas Nisman también le había pedido antes, ese sábado, que lo asesorara en la compra de una pistola. Rubén Benítez declaró ante la fiscala Viviana Fein que Nisman lo hizo pasar a su piso, cosa que no era habitual, y le comentó que quería un arma «para cuando saliera con sus hijas», y quedaron en que se la compraría el lunes y en que no se lo dijera a nadie.

Fein informó ayer que el delito que se le imputa a Lagomarsino, entregar un arma de fuego a quien no es su legítimo dueño, se castiga con prisión de entre uno y seis años. La fiscala quiere saber además qué hacía el imputado, que tenía el contrato más caro de la fiscalía especial del AMIA pero no trabajaba en las oficinas.

Testimonio de la exmujer

La exmujer de Nisman, Sandra Arroyo Salgado, brindó detalles sobre el regreso intempestivo de Europa. Arroyo reconoció que «hay cuestiones de la investigación que le preocupan». Por eso se presentó como querellante y estudia todos los pasos de la investigación.

La diputada opositora Patricia Bullrich, que denunció que Nisman se sentía amenazado, acudió a declarar ante la fiscala voluntariamente. El fallecido le contó, según dijo, que había sido objeto de escuchas de los servicios secretos y que estos pasaron información de su familia a uno de los imputados por el AMIA.