El Ejército ucraniano niega que haya violado los acuerdos y dice que se limitó a limpiar de separatistas el aeropuerto de la ciudad
19 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Desde el verano, los habitantes de Donetsk no oían un cañoneo tan intenso como el de ayer. Era el estruendo de los bombardeos de saturación que el Ejército ucraniano realizó sobre posiciones separatistas en el este del país. Y lo hizo el mismo día en que se celebraba en Kiev una marcha por la paz en recuerdo de los 13 civiles fallecidos en Volnovaja, un acto en el que el presidente ucraniano Petro Poroshenko aseguró que no cederá «ni un solo palmo» de su territorio.
Los ataques de ayer han servido a Kiev para recuperar el control del aeropuerto de la ciudad, donde las milicias prorrusas habían ido ganando terreno, según el portavoz militar ucraniano, Andrii Lisenko, pero también han dinamitado el proceso de paz y, sobre todo, han reabierto el recuento de víctimas mortales, que suman más de 4.800 desde abril.
Bajas civiles y militares
Los combates en Donetsk han dejado en 24 horas tres muertos entre los militares, cuatro si se suma la pérdida de un soldado más en otra zona del conflicto, y 31 heridos. En los enfrentamientos también han perdido la vida al menos cinco civiles, entre ellos dos niños de 7 y 16 años, tras el impacto de un misil en un edificio gubernamental.
El líder rebelde Alexander Zajarchenko culpó al Ejército ucraniano por los bombardeos en los alrededores de Donetsk: «Estamos hablando de que Kiev está tratando de desatar la guerra de nuevo». También Rusia mostró su preocupación por la «escalada de las acciones militares» en las regiones orientales de Ucrania, que complica la búsqueda de un arreglo pacífico al conflicto, dijo a la agencia Interfax el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov.
Kiev sostiene que la ofensiva militar masiva sobre la ciudad de Donetsk no incumple el Protocolo de Minsk, que incluye un alto el fuego parcial con las milicias separatistas de Donetsk y Lugansk. Lisenko asegura que se han limitado a recuperar el terreno del aeropuerto, que pertenecía al Ejército ucraniano, y que los rebeldes fueron arrebatando desde esos acuerdos.