Alemania se une contra el radicalismo

La Voz ÚRSULA MORENO / BERLÍN

INTERNACIONAL

MAURIZIO GAMBARINI

Dirigentes encabezados por Merkel acuden a la Puerta de Brandemburgo junto a musulmanes, judíos y cristianos para condenar el terrorismo

14 ene 2015 . Actualizado a las 08:37 h.

Los cuatro millones de musulmanes que viven en Alemania se ganaron ayer todo el respeto de la nación. Bajo el lema «Juntos dando la cara», el Consejo Central de los Musulmanes y la Comunidad Turca de Berlín convocaron una concentración en la Puerta de Brandemburgo, a la que se sumó toda la plana política y a la que fueron invitados representantes de todas las religiones del país. El mensaje de solidaridad con las víctimas de la masacre en Francia y de rechazo a la violencia cometida en nombre del islam fue unánime y se saldó con miles de personas abrazándose a los pies de la emblemática puerta.

La canciller Angela Merkel, el vicecanciller Sigmar Gabriel, los líderes de la oposición, todos estuvieron presentes en el acto que comenzó con la lectura de varios versos del Corán en que se llama al entendimiento entre los pueblos. La palabra no la tenían los políticos, sino los líderes religiosos, llamando a la tolerancia y a la convivencia pacífica entre confesiones. Los organismos musulmanes se unieron de manera inédita para «condenar los atentados contra los valores democráticos y musulmanes», en palabras de Amián Mazyeck, presidente del Consejo Central de los Musulmanes, que estos días se está consagrando como la cara del islam en Alemania. Con este acto querían dejar claro que la inmensa mayoría de los musulmanes nada tienen que ver con el islamismo radical.

«Todos somos Alemania»

«Todos somos Alemania: nosotros, demócratas con nuestros diferentes pasados políticos culturales y religiosos, nosotros, que nos respetamos y necesitamos mutuamente», afirmó Joachim Gauck, el presidente federal. El considerado apóstol moral de la nación apuntó que «los terroristas querían dividirnos, pero solo han logrado lo contrario, unirnos». Vino a explicar así por qué estaban todos ahí, en solidaridad con los musulmanes y en contra de los movimientos islamófobos que bajo el rostro de Pegida han dado la vuelta al mundo durante los últimos meses. Merkel, en contra de lo habitual, se ha posicionado claramente estos días, al recordar que es la «canciller de todos los alemanes, independientemente de su religión» y que «el islam forma parte de Alemania».

La llamada a la tolerancia podría traducirse en el principio del fin de Pegida, quienes azotan el fantasma del miedo contra la «islamización de Occidente», dicen los más optimistas. Alemania sigue estando polarizada, pero se muestra abierta y solidaria. Ayer los musulmanes integraban al Gobierno alemán, rezaba el diario Taz. Mañana será el Bundestag el que honrará a los muertos de París y la canciller pronunciará una declaración.