Uno de los sospechosos de la matanza en la sede de «Charlie Hebdo» se entrega a la policía

Nicolás pan-Montojo BURDEOS / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Los presuntos autores del ataque al semanario francés han sido identificados como los hermanos de origen argelino y nacionalidad francesa Said y Chérif Kde, de 34 y 32 años, y Hamyd M, un joven de 18, el que ha acabado entregándose. Los tres cuentan con antecedentes por cooperar con redes yihadistas. Una unidad de élite policial francesa ha lanzado esta madrugada una operación de gran envergadura en Reims. SIGUE AQUÍ TODA LA INFORMACIÓN

08 ene 2015 . Actualizado a las 08:57 h.

Al grito de «Hemos vengado al profeta» y «Charlie Hebdo ha muerto», dos encapuchados se suben a un coche negro, donde estaría un tercero, y huyen segundos después de haber rematado a un policía herido en el suelo que pedía piedad, en lo que ya es la imagen más escalofriante del terrible atentado a sangre fría contra la redacción del semanario satírico francés. Su acción dejó doce víctimas mortales, entre las que se encuentran ocho periodistas, -entre ellos el director de la revista y cuatro de sus dibujantes-, dos policías, el economista de referencia de la izquierda anticapitalista Bernard Maris y una transeúnte, además de once heridos, cuatro de ellos graves. Es el ataque terrorista más mortífero en Francia desde 1968 y el peor de Europa en doce años

Se entrega uno de los sospechosos

Uno de los tres sospechosos de haber participado en la masacre se ha entregado a la policía en la localidad de Charleville-Mézières, junto a la frontera con Bélgica. Mourad Hamyd, de 18 años, se rindió a la policía tras haber supuestamente colaborado en los crímenes cometidos por los hermanos Said y Cherif Kouachi, de 34 y 32 años, cuyas identidades han sido difundidas por la policía para pedir la colaboración ciudadana en su búsqueda, según informa Efe.

Hamyd se ha entregado de forma espontánea y voluntaria a las 23.00 horas locales tras haber visto su nombre circular en las redes sociales, según la prensa francesa, lo que abre interrogantes sobre su verdadera implicación en los crímenes.

Mientras, la policía francesa ha difundido un aviso dirigido a toda la ciudadanía en la que identifica a los dos presuntos autores materiales y alerta de que estos son «susceptibles de ir armados y son peligrosos», según la prefectura de París, que especifica que existe una orden de busca y captura contra ellos. Junto a sus nombres se han difundido también sus fotografías para facilitar su localización y se pide cualquier información que pueda conducir a su actual paradero, informa Efe.

Según la web del diario Metronews, Chérif Kouachi fue juzgado en 2005 por formar parte de una célula de envío de yihadistas a Irak, que habría reclutado a una decena de jóvenes para ir a combatir a Irak entre 2003 y 2005. Fue condenado entonces a tres años de prisión, la mitad de los cuales quedaban exentos de cumplimiento.

La Policía francesa ha lanzado esta noche un operativo en la ciudad de Reims, ubicada a 129 kilómetros de París, según informa Europa Press. Fuentes del cuerpo de seguridad han informado al periódico francés Le Monde de que hay un operativo policial en Reims, al parecer, centrado en el barrio de la Cruz Roja, pero han rehusado aclarar si está relacionado con el atentado contra Charlie Hebdo.

El primer ministro galo, Manuel Valls, ha confirmado esta mañana la detención de varias personas. El ministro de Interior, Bernard Cazeneuve, ha confirmado que son siete las personas arrestadas, relacionadas al parecer con el entorno de los hermanos sospechosos de haber realizado el ataque.

Masacre en la revista

La masacre comenzó a las once y media de la mañana, cuando tres encapuchados irrumpieron en la sede de la revista satírica, famosa por sus polémicas caricaturas del profeta Mahoma. Armados con rifles de asalto Kalashnikov y lanzacohetes, los asaltantes preguntaron por los periodistas del semanario y comenzaron a disparar al grito de «Alá es grande» contra los reunidos en la cita semanal de la redacción.

Los tres atacantes se dieron inmediatamente a la fuga en un Citroën C3 negro, produciéndose otro tiroteo contra un coche de policía que finalmente tuvo que recular. Tras esto, continuaron su huida a gran velocidad, asaltaron a un automovilista y le robaron su coche, un Renault Clio con el que salieron de París por la Puerta de Pantin.

Poco después del atentado, el primer ministro Manuel Valls decidió aumentar el plan de protección antiterrorista al nivel de «alerta atentados», el más alto posible, en toda la región parisina, reforzando la protección de los medios, las grandes tiendas, los lugares de culto, los establecimientos escolares y el transporte. 

«El horror absoluto»

En el lugar de los hechos, el presidente François Hollande declaró encontrarse ante un acto «de una brutalidad excepcional» contra la libertad de expresión, calificando la situación de «horror absoluto». Tras asegurar que se va a perseguir a los terroristas con todos los medios, Hollande hizo una alocución en televisión llamando a «la unidad republicana» de todas las fuerzas políticas y decretando un día de luto nacional.

El conservador Nicolás Sarkozy recogió el guante afirmando «la unidad nacional» y asegurando su apoyo total al Gobierno en la gestión de la crisis. Otras personalidades importantes, como el líder centrista François Bayrou o el jefe de la extrema izquierda Jean-Luc Melanchon se apresuraron a expresar su repugna por la masacre y su apoyo al Gobierno.

La única que se desmarcó de esta tónica de unidad fue la líder ultraderechista Marine Le Pen, quien afirmó que este tipo de atentado era «previsible» y llamó al Gobierno «a mejorar su política para evitar que estos ataques se repitan». Hoy Hollande reunirá a todos los líderes políticos en el palacio del Elíseo.

El pueblo francés mostró su apoyo a la libertad de expresión y su repugna hacia los terroristas manifestándose espontáneamente en las principales ciudades del país. Un total de alrededor de 100.000 franceses salieron a la calle convocados a través de las redes sociales, aunque especialmente simbólica, por la presencia de familiares y compañeros de revista, fue la concentración que se produjo en la plaza de la República, en París, donde unas 35.000 personas se concentraron durante horas al grito de «Yo soy Charlie».