Cuba usa a los espías para eclipsar el acuerdo

Milagros L. de Guereño LA HABANA / COLPISA

INTERNACIONAL

19 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuba amaneció ayer más calmada tras la resaca de la euforia que originó la llegada de los tres agentes presos en Estados Unidos, más que el anuncio de la normalización de las relaciones, que pilló por sorpresa a todo el mundo. A partir de ahora comienza el análisis del impacto de la distensión.

Si la víspera, a partir del mediodía, el jolgorio por «la victoria» hizo que apenas se trabajara, ayer fue un día normal, salvo por el despliegue de los medios. La televisión ofreció en diferido la llegada de Gerardo, Antonio y Ramón. Así, sin apellidos. Los mostraron con efusivos besos y abrazos con sus familias. Visitando en el cementerio a los seres queridos fallecidos en los 16 años que estuvieron presos. Y también el recibimiento del presidente Raúl Castro. Hubo también muchas alusiones a la promesa de Fidel Castro de que regresarían a su patria, pero de momento, el líder histórico de la revolución no se ha pronunciado.

La diputada Mariela Castro, hija de Raúl y directora del Centro Nacional de Educación Sexual, afirmó: «Lo que más me emociona es que el comandante [su tío Fidel] estará en condiciones de recibir a nuestros compatriotas junto al pueblo, al presidente y al Parlamento. Se lo prometió y cumplirá». Tras declararse sorprendida por la noticia, comentó: «En el complejo laberinto de la realidad política de EE.UU. es difícil comprender y saber qué esperar en cada momento, pero este ha sido el resultado evidente de una conversación larga, compleja e inteligente».

El diario Granma, órgano del Partido Comunista de Cuba, duplicó su paginación de las 8 habituales a 16. Salvo la última, el resto se dedican al hecho histórico que marcará un antes y un después en las relaciones de los dos países enfrentados durante más de 50 años. El rotativo recoge el discurso de Raúl, pero también íntegramente el de Barack Obama.

Realizado el canje, Cuba puede centrarse en el proceso de normalización una vez que salga del «estado de shock», como dice el empleado bancario Randy Pérez. «Todo parece que va a cambiar, por lo menos estas declaraciones de los dos presidentes nos llenan de optimismo». «Habría que esperar a ver qué sucede y si realmente prosperan en un clima de igualdad de condiciones. Pero estamos felices, sorprendidos y expectantes», dijo a Granma Rodolfo Laborde Parla, técnico de telecomunicaciones, un sector que será uno de los beneficiados con mayor tecnología.

Las dificultades políticas en Venezuela tras la muerte de Hugo Chávez, principal benefactor de Cuba, incentivaron a Raúl Castro a buscar un entendimiento con su archienemigo Estados Unidos después de medio siglo. «La normalización de las relaciones con Estados Unidos responde tanto a una estrategia de largo plazo como a la coyuntura de la inestabilidad que hay en Venezuela», dijo a la AFP el analista Patricio Navia, de la Universidad de Nueva York. «A ojos del Gobierno cubano, el acuerdo con Estados Unidos ofrece más oportunidades que problemas. Hay riesgos, pero Cuba cree que tiene mucho por ganar», agregó.

Una reconciliación histórica