Solo está dispuesto a discutir un armisticio bilateral y definitivo cuando se inicie la discusión del punto 3 de la agenda de La Habana, que tratará de la finalización del conflicto
19 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.El Gobierno de Colombia valoró «en toda su dimensión» el anuncio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de iniciar mañana un alto el fuego indefinido, pero se niega a aceptar las condiciones de la guerrilla para mantener silenciadas las armas.
Entre otras, el presidente Juan Manuel Santos rechaza la exigencia de verificación por organismos como Unasur, Celac, CICR o el Frente Amplio para la Paz. El presidente solo está dispuesto a discutir un armisticio bilateral y definitivo cuando se inicie la discusión del punto 3 de la agenda de La Habana, que tratará de la finalización del conflicto. Santos lo valoró como «un buen inicio» para la distensión de las hostilidades, cuyo cumplimiento evaluará el Gobierno, e insistió en exigir que cese «toda actividad armada y toda amenaza contra la población civil».
Las reacciones no se hicieron esperar. El representante Santiago Valencia, del Centro Democrático del expresidente Álvaro Uribe, dijo que las FARC tratan de forzar «un alto el fuego bilateral» al anunciar que la tregua terminaría si se constatan ataques contra ellos. Sin embargo, para el director del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz, Camilo González Posso, el anuncio es importante y positivo porque pone la relajación del conflicto en la agenda inmediata.
Una lectura más alambicada es la que da el exasesor de Paz Eduardo Jaramillo: «Es un asunto de interpretaciones. ¿Qué es un ataque? ¿Un bombardeo a un campamento? ¿Pero que tengan un enfrentamiento militar se entendería que no es un ataque? Ahí hay una ambigüedad que las FARC están dejando que resuelva el Gobierno». Si el Ejecutivo decidiera suavizar la tensión, «quizá iban a proceder a un bombardeo y lo pospongan, y continúen solo con acciones militares de rutina», especula.