El capital aplaude el deshielo con Cuba

Victoria Toro NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Los republicanos se quedan solos en su amenaza de frenar las medidas de Obama

19 dic 2014 . Actualizado a las 09:47 h.

Que los republicanos se iban a oponer al deshielo o «nuevo capítulo» entre Estados Unidos y Cuba que ha promovido Barack Obama, obstaculizándolo con su mayoría en el Congreso y en el Senado a partir de enero, formaba parte del dibujo. Lo que es nuevo es que se pueden quedar completamente solos en su empeño, divorciados de la opinión pública mayoritaria y de las principales empresas de su país, si no matizan su cruzada en contra.

Las encuestas dibujan una recepción positiva del gesto de apertura entre Washington y La Habana y el mundo del big business, grandes multinacionales estadounidenses como General Motors, Caterpillar o el gigante agrícola Cargill, ya han hecho saber desde las páginas de The Wall Street Journal que no están dispuestas a dejar pasar las oportunidades de negocio que les brinda la histórica reconciliación.

En este escenario, figuras como la de Marco Rubio, el senador por Florida hijo de cubanos en el exilio, uno de los republicanos más duros, y su amenaza de usar todas las herramientas para «bloquear» el acuerdo entre Obama y Castro, corren el riesgo de separar a los conservadores de la corriente dominante en su país. Medidas como el rechazo de los fondos necesarios para abrir una embajada en La Habana, el bloqueo del nombramiento del embajador o cualquier iniciativa legislativa que suponga una relajación del embargo son perfectamente posibles y contarán con la aprobación de los sectores más beligerantes, generalmente de la vieja guardia, del exilio cubano en Miami, pero se exponen a chocar con los intereses mayoritarios.

La decisión dependerá, en cualquier caso, de las ventajas electorales que obtenga el partido de ella lo que ya abierto un abanico amplio de opiniones. El anuncio de Obama es indisociable del panorama político: final de su mandato y a dos años de que se elija a su sucesor. Parte de los republicanos que se oponen a los cambios con Cuba suenan como posibles candidatos en el 2016, como Jeb Bush y Marco Rubio.

El voto de los cubanos es crucial para ganar en Florida, un estado clave para las presidenciales y, según una encuesta reciente, el 52 % de los de los cubano-estadounidenses están en contra del embargo de EE. UU. a Cuba. Los descendientes de los primeros exiliados hace tiempo que se han alejado de las posiciones más duras contra el castrismo.