De la bahía de Cochinos a la crisis de los misiles y los balseros

mariluz ferreiro REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

18 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Fidel Castro llegó a estrechar manos en Nueva York. «Tenía carisma, una personalidad irresistible», recuerda el gallego Anthony Bouza, uno de los policías que velaban por su seguridad en 1959. Castro visitaba Estados Unidos invitado por la Sociedad Norteamericana de Directores de Periódicos. Todo lo demás, hasta ayer, ha sido la historia de un desencuentro.

Castro demostró muy pronto que no era un aliado de EE.?UU. Los terratenientes perdieron sus propiedades y nacionalizó empresas estadounidenses que controlaban negocios como el petróleo y el azúcar. Washington respondió con un embargo parcial. Comenzaba la batalla.

En enero de 1961 los dos países rompieron relaciones diplomáticas. En marzo, Kennedy presentó la Alianza para el progreso, una especie de Plan Marshall para América Latina. Lo rubricaron todos los países excepto Cuba. Porque el objetivo era, precisamente, evitar otras revoluciones en el continente. El enfrentamiento llegó a las armas ese mismo año con la invasión de la bahía de Cochinos. Kennedy heredó la operación de Dwight Eisenhower. Y el 16 de abril un ejército reducido compuesto por exiliados cubanos, agentes de la CIA y mercenarios entraron en territorio cubano para derrocar a Castro. Fue un fracaso. Murieron decenas de invasores. Y Castro confirmó en público el rumbo socialista y marxista de la revolución. Washington impuso el embargo total y Cuba se convirtió definitivamente en su frente más cercano de la guerra fría. Y la guerra fría hirvió con la crisis de los misiles. Los estadounidenses descubrieron que tropas soviéticas montaban rampas para este armamento en Cuba. Kennedy ordenó el despliegue de barcos y aviones de combate para impedir que navíos de la URSS alcanzaran la isla. El mundo nunca estuvo tan cerca de un conflicto nuclear. Moscú y Washington acabaron negociando la retirada de los misiles a cambio del compromiso americano de no invadir Cuba.

Estados Unidos mantuvo el bloqueo y abrió sus puertas a los inmigrantes cubanos, otorgando un estatus legal a todo el que llegara a sus costas. Reagan, Clinton y los Bush no aflojaron la cuerda. Los dos países afrontaron episodios como crisis de los balseros y la batalla legal por la custodia de Elián, el cubano de cinco años que sobrevivió a un naufragio en el murió su madre y que fue rescatado por pescadores americanos.

Ha sido Obama, con Fidel enfermo y ya en un segundo plano, el que ha empezado a dejar atrás una guerra de más de medio siglo.