Los poscomunistas gobiernan por primera vez en Alemania

úrsula moreno BERLÍN / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Bodo Ramelow dirigirá una coalición con SPD y con Verdes en Turingia

06 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

A la segunda fue la vencida. Dos votaciones fueron necesarias ayer para que Bodo Ramelow se convirtiera en el primer gobernador regional de La Izquierda (Die Linke), el partido que ha reunido a los herederos del comunismo y a los disidentes socialdemócratas defraudados con los recortes sociales de Gerhard Schröder. 25 años después de la caída del Muro, Turingia rompe un tabú y entrega el poder a un partido estigmatizado, cuya legitimidad democrática todavía ponen muchos en duda. La víspera un millar de personas protestaban en Erfurt, la capital del Land, contra la formación de este tripartito formado por poscomunistas, socialdemócratas y verdes. Para el líder de La Izquierda, Gregor Gysi, ayer era «un gran día, no pensé que llegara a vivirlo», dijo.

Gysi es uno de esos pragmáticos, que considera a su partido listo para gobernar con SPD y Verdes, la única alternativa real en estos momentos para desbancar a Angela Merkel de la cancillería. Precisamente este temor a que Turingia sea una señal para el Gobierno de Berlín, como decía ayer Gysi, es lo que ha llevado sobre todo a los democristianos de Merkel a criticar duramente el tripartito que ayer se selló en Turingia. Peter Tauber, secretario general de la CDU, dijo que «es una mala elección para Turingia», sobre todo teniendo en cuenta que acaba con 24 años de hegemonía democristiana. Merkel por su parte solo dejó caer que «es costumbre que la canciller felicite a todo nuevo gobernador regional, y así lo haré también en este caso».

No obstante, tanto Merkel como el presidente federal, Joachim Gauck, ambos germano-orientales, habían criticado duramente un ejecutivo liderado por La Izquierda. El teólogo, activista de la RDA, generó gran revuelo, al expresar sus dudas acerca de la «vocación democrática» de este partido. Le estaba leyendo los pensamientos a muchos alemanes. De ahí que una de las condiciones de los socios de coalición de Ramelow fuese que en el pacto de coalición los poscomunistas reconocieran expresamente que la Alemania del Muro fue un «Estado injusto», distanciándose así de su pasado.

Ramelow puede presumir de pasado limpio en tanto que creció en la Alemania Occidental y se trasladó a Turingia hace 24 años. Cristiano y socialista, en 1999 se afilia al partido poscomunista. Después de una etapa en la política nacional, hace cinco años decide regresar a Turingia. «Reconciliar en vez de dividir» será una de sus máximas, dijo en su declaración de Gobierno, en la que pedía perdón por el pasado negro de su partido. Y es que con una exigua mayoría de un solo diputado no le queda más remedio que tener a los suyos convencidos y, si es posible, también a alguno en la oposición. Mientras tanto, en el partido socialdemócrata en Berlín ya hay voces que exigen que el SPD se abra a La Izquierda de cara al 2017 para salir así de las «garras» de Merkel.