Terremoto político por la detención del ex primer ministro portugués Sócrates

begoña íñiguez LISBOA / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

HUGO CORREIA | REUTERS

Es sospechoso de regularizar 20 millones gracias a una ley fiscal que él mismo aprobó

23 nov 2014 . Actualizado a las 11:21 h.

La detención del ex primer ministro luso José Sócrates por un supuesto caso de corrupción, fraude fiscal y blanqueo de capitales ha conmocionando a la opinión pública, que no lo termina de asimilar y habla de una crisis de confianza en las instituciones y en los políticos en el país vecino, en medio de una marea de dimisiones y encarcelamientos. Sócrates, que dirigió el Gobierno luso entre el 2005 y el 2011, fue detenido discretamente, la madrugada del viernes al sábado, en el aeropuerto de Lisboa, cuando regresaba de París. En 40 años de democracia portuguesa, es el primer exjefe de Gobierno en ser detenido.

José Sócrates asistió ayer a un registro policial en su domicilio del centro de Lisboa y fue interrogado, hasta bien entrada la noche, por el juez Carlos Alexandre, del Tribunal de Instrucción Criminal. La Fiscalía lusa confirmó el nombre de los otros tres detenidos, «el empresario Carlos Santos Silva, el abogado Gonçalo Trindade Ferreira y el chófer João Perna», todos ellos vinculados personal y laboralmente a Sócrates. El comunicado aclara que la investigación, independiente de otros procesos en curso, está bajo secreto de sumario, pero los medios lusos apuntan que partió una denuncia bancaria.

Según los semanarios Expresso y Sol, que han destapado la noticia, Sócrates pudo amasar una fortuna de 20 millones de euros en el banco suizo UBS, en una cuenta a nombre de Santos Silva. Tras el rescate del Banco Espírito Santo (BES), Sócrates transfirió la mitad de su cuenta a otro banco. Según Sol, los 20 millones volvieron de Suiza «al abrigo del Régimen Extraordinario de Regularización Tributaria», una ley que el mismo Sócrates aprobó siendo primer ministro, a través de una empresa offshore de Santos Silva. Gracias a la «autorregularización, Sócrates pagó solo un 5 % en impuestos», según el semanario, y el dinero quedó depositado en el BES, el banco de su amigo Ricardo Salgado».

La última operación que habría levantado sospechas de los investigadores del caso, es una vivienda de lujo en París, comprada recientemente por Sócrates, por tres millones de euros.

Los principales partidos enmudecieron tras la detención del ex primer ministro. La coalición de centro-derecha de Pedro Passos Coelho no quiso valorar la detención. Tampoco el nuevo líder de la oposición, el socialista, Antonio Costa, íntimo amigo de Sócrates, que se limitó ayer a enviar un breve SMS a la militancia en el que manifestaba su sorpresa por lo ocurrido y declaraba que «la amistad y la camaradería no deben enturbiar el rumbo político del PS». Costa a siete días de ser nombrado secretario general de los socialistas lusos, hizo hincapié en que se trata de un asunto judicial y no político.