Obama le prepara el camino hacia la Casa Blanca a Hillary Clinton

Victoria Toro NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Obama contó la historia de la inmigrante Astrid Silva cuando el jueves anunció su orden.
Obama contó la historia de la inmigrante Astrid Silva cuando el jueves anunció su orden. M. BLAKE < / span>Reuters< / span>

Tras el 4-N parece resuelto a afianzar su legado, pese al enfado de los republicanos

23 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde que el 4-N Barack Obama perdió las legislativas no ha parado. Aunque la derrota electoral parecía adelantar que sus posibilidades de gobernar habían acabado, él ha decidido justo lo contrario. Desde entonces ha tomado algunas de las decisiones más importantes de su presidencia. El enfrentamiento cada vez más radical que ello ha provocado con los republicanos no parece importarle mucho. El presidente está mucho más interesado en afianzar el que será su legado y en preparar las cosas para que el próximo que ocupe la Casa Blanca sea otro demócrata, probablemente, Hillary Clinton.

Así puede leerse su orden ejecutiva que regulariza la situación de más de cinco millones de inmigrantes al menos por tres años. Obama insiste en que tomó la decisión porque el Congreso no se movía. Tanto el jueves cuando presentó la nueva ley como el viernes cuando la explicó al detalle en un instituto de Las Vegas (Nevada) retó al Congreso: «A aquellos legisladores que cuestionáis mi autoridad para aprobar esta norma os digo: aprobad vosotros la reforma migratoria».

Obama sabe que eso no es probable, pero también sabía antes del jueves que si los republicanos hubieran aprobado durante esta legislatura alguna ley migratoria, hubiera sido ese partido el que se llevara el voto hispano.

Con esta maniobra, Obama logra que el beneficiado sea el Partido Demócrata. Y sobre todo su futura candidata a las presidenciales, que todo indica que será Hillary Clinton. La propia exsecretaria de Estado felicitó al presidente por esta ley, que va a proporcionar el voto agradecido de quienes se beneficien de ella, sobre todo, hispanos, pero también porque dentro de tres años quien ocupe la Casa Blanca podrá decidir si la extiende en el tiempo.

Huida hacia adelante

La ley de inmigración no ha sido la única decisión de calado de Obama en los últimos días. Ha intervenido directamente en la protección de la neutralidad de Internet para que impedir que se privilegie a unos usuarios según convenga a los proveedores. Anunció que no apoyará la construcción del oleoducto Keystone XL cuando el Senado retome el asunto con su nueva mayoría republicana. Y negoció de forma secreta con China un importante acuerdo medioambiental relativo al calentamiento global, una de las bestias negras de los republicanos, muchos de los cuales niegan su existencia.

Las últimas dos semanas del presidente han dado a entender que su futuro no va a estar marcado por la derrota electoral ni por las amenazas republicanas.