Expectación en Alemania por el primer gobierno regional poscomunista desde la reunificación

Úrsula Moreno BERLÍN / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

El Gobierno tripartito desbancaría a uno conservador en Turingia después de 24 años

21 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Ocho semanas han tardado en levantar un tripartito, que podría sentar un precedente en Alemania. Si el proyecto de Gobierno llega a buen puerto, el 5 de diciembre vería la luz el primer Gobierno regional liderado por un poscomunista desde la caída del Muro hace 25 años. Ayer La Izquierda (Die Linke), socialdemócratas y verdes presentaban 105 páginas del acuerdo de coalición que debería ser la hoja de ruta para gobernar el Land de Turingia, uno de los más prósperos de la extinta RDA. Pero el Ejecutivo no está sellado aún. Siguiendo la moda marcada por el SPD en las generales -cuando preguntó en referendo a su medio millón de afiliados si querían la gran coalición con Angela Merkel- hoy será Die Linke quien envíe cartas a sus militantes para que den luz verde al tripartito antes del 1 de diciembre. Los verdes harán otro tanto el sábado, mientras los socialdemócratas ya han recibido el respaldo de sus militantes.

Pero, ¿por qué despierta tanta expectación un simple Gobierno regional? En primer lugar porque desbanca a uno conservador después de 24 años. La CDU de Merkel volvió a ser el partido más votado hace dos meses en Turingia, y sin embargo no encontró socio de coalición. El SPD prefirió atender el reclamo de los poscomunistas de Bodo Ramelow y «experimentar» junto con los Verdes un tripartito, quizás como base para un futuro Gobierno a nivel nacional. Ramelow es un germano-occidental que representa al ala más realista de Die Linke, el partido refundado con comunistas de la RDA, pero también con disidentes socialdemócratas. Muchos creen que no condena expresamente el pasado dictatorial de la RDA.

No obstante, y a juzgar por el preámbulo del acuerdo de coalición, sí hacen tábula rasa con la historia. En las primeras páginas reconocen que la RDA era «un Estado basado en la injusticia». Recogen el término Unrechtstaat, que tanto ha dado que hablar estos últimos meses de efemérides en Alemania. El último en usarlo fue el presidente federal, Joachim Gauck teólogo activista que luchó para derrocar el régimen, cuando fue preguntado acerca de un posible gobierno de La Izquierda en Turingia, expresó sus dudas acerca de la «vocación democrático» de un partido con «semejante pasado». Sus declaraciones fueron muy criticadas por considerar que el presidente había roto su deber de neutralidad. Por eso en el documento presentado ayer, claridad por encima de todo: «Aquellas personas, que nieguen que la RDA no era un Estado de derecho, no asumirán responsabilidades políticas en el futuro político de Turingia».