Rifirrafe entre Cameron y Barroso por la política migratoria británica

EFE / Europa Press LONDRES

INTERNACIONAL

El primer ministro británico le dice al presidente de la Comisión Europea que su único jefe «es el pueblo británico» después de que este le reprochase el «error histórico» que supone enemistarse con los países de Europa del Este

20 oct 2014 . Actualizado a las 20:35 h.

El primer ministro del Reino Unido, David Cameron, y el presidente de la Comisión Europea, Durão Barroso, han protagonizado un cruce de acusaciones después de unas declaraciones de este último sobre los cambios en la política migratoria de país británico.

José Manuel Durão Barroso advertía en la mañana del lunes a Cameron de que «sería un error histórico» que el Reino Unido «continuase enemistándose con sus aliados naturales en Europa del Este y Central», refiriéndose a los cambios en las leyes de inmigración, que penaliza especialmente a los habitantes de estas zonas, según recoge Europa Press.

El presidente de la Comisión Europea añadió que «es una ilusión creer que el espacio para el diálogo se puede crear si el tono y la sustancia de los argumentos que utilizas ponen en cuestión los principios en juego y ofenden a los estados miembro aliados», ha dicho.

De este modo, Barroso advertía a Cameron sobre las consecuencias que puede tener la adopción de un discurso contrario a la inmigración y a la libertad de movimientos en la Unión Europea para contentar a su electorado de cara a las elecciones de 2015.

«Mi único jefe es el pueblo británico»

Ante las críticas vertidas desde la Comisión Europea, el primer ministro británico no tardó en defenderse, y recordó a Barroso que su «único jefe» es el pueblo británico, según informa EFE.

Afirmó, además, que lo que necesita el Reino Unido «es una renegociación de la relación con la Unión Europea y después un referéndum en el que el pueblo británico decida si nos quedamos o no en esta organización reformada».

«Esto es lo que buscaré, esto es lo que ofreceré, y en el centro de esa renegociación tenemos que abordar las preocupaciones de la gente sobre inmigración», prosiguió durante la visita a una fábrica en el este de Londres. «Tengo muy claro quién es el jefe, ante quién tengo que responder, y es el pueblo británico».