Londres planea irse del Tribunal Europeo de Derechos Humanos

Londres / EP

INTERNACIONAL

El Partido Conservador pone como condición para no abandonarlo que Reino Unido tenga la última palabra sobre si acepta o no los dictámenes de la corte de Estrasburgo

04 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

El Partido Conservador británico advirtió ayer de que el Reino Unido podría renunciar el año próximo a la jurisdicción del Tribunal Europeo de Derechos Humanos si este no admite que solo Londres tendrá la última palabra sobre si acepta o no los dictámenes del tribunal de Estrasburgo.

Cameron intenta contentar a los varios frentes abiertos que le han acusado de ceder parte de la soberanía nacional al tribunal europeo, que actualmente prevalece sobre la justicia británica y ha impedido, por ejemplo, la deportación de presuntos milicianos, censurado el comportamiento de los soldados británicos en Afganistán e intervenido directamente sobre la legislación británica referida, entre otros casos, a las sentencias a cadena perpetua y el derecho de los prisioneros a votar.

En respuesta, los conservadores preparan una propuesta por la cual, si consiguen mayoría en mayo de 2015, sacarán adelante el borrador de una Carta de Derechos por la que la aplicación de cualquier dictamen que pueda emitir el Tribunal de Estrasburgo quedará a expensas de la decisión final del Reino Unido. Esta nueva carta suspendería la actual Ley de los Derechos Humanos, el marco legal que incorpora los principios del derecho humanitario internacional a la legislación británica. Pondría fin, además, a una etapa que ha durado casi 70 años, desde que el Reino Unido se convirtiera en miembro fundador, en 1949, del Consejo de Europa, la organización que vigila el cumplimiento de los DDHH en los estados miembros.

«Creo que la gente de este país cree que decisiones como estas [sobre si los prisioneros deberían ser enviados a la cárcel el resto de sus vidas o si deberían recibir el derecho a votar] deberían ser tomadas en nuestros tribunales y en nuestro Parlamento», declaró ayer el ministro de Justicia, Chris Grayling. Criticó, además, la deriva tomada a su entender por el Tribunal de Estrasburgo, que «se ha apartado mucho» de sus principios.