Un juez estadounidense aboga por ejecutar a los presos con guillotina o con un pelotón de fusilamiento

Europa Press

INTERNACIONAL

Alex Kozinski ha defendido que la pena de muerte debería volver a practicarse con los «métodos más primitivos e infalibles»

24 jul 2014 . Actualizado a las 22:48 h.

El juez del Noveno Circuito del Tribunal de Apelaciones de Estados Unidos Alex Kozinski ha defendido que la pena de muerte tendría que volver a practicarse con «los métodos más primitivos e infalibles», como la guillotina o el fusilamiento.

Kozinski, nombrado juez del tribunal por el presidente Ronald Reagan y defensor de la pena de muerte, manifestó y defendió su postura este lunes cuando el Tribunal de Apelaciones aplazó la ejecución Joseph R. Wood, hasta decidir qué compuesto farmacológico se utilizaría en su muerte, según informa el diario The Washington Post.

El juez reconoció en un escrito que las ejecuciones son «actos brutales y salvajes» que no deben «enmascararse» para «parecer serenos y pacíficos». «Si el estado va a matar, al menos debería hacerlo de manera efectiva», añadió.

La silla eléctrica, la cámara de gas o la horca son métodos que, según Kozinski, causan «contratiempos ocasionales». El juez tampoco se muestra partidario de las inyecciones letales con compuestos farmacológicos cuyo fin no es la muerte. En este sentido, defiende el uso de las armas «que no tienen otro propósito que destruir».

Además, para Kozinski, la utilización de las armas en las ejecuciones no supone un problema de presupuesto ni de distribución ya que el estado las compra «en cantidades masivas» para las fuerzas del orden, por lo que no habría prohibiciones a la hora de conseguir su suministro. El juez hizo esta matización ya que varias farmacéuticas europeas se han negado a vender sus productos para evitar que se utilicen con fines distintos a los médicos.

Los pelotones de fusilamiento se presentan para el juez como la opción «más prometedora» porque puede causar «daños masivos» y «muerte instantánea». Kozinski también defiende el uso de la guillotina, aunque reconoce que es «incongruente con la ética nacional».