El equipo de la Casa Blanca ya planifica su futuro para cuando deje la presidencia

La Voz

INTERNACIONAL

15 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La impopularidad de Obama es de tal magnitud que el 45% de los consultados creen que habría sido mejor elegir a Mitt Romney, a quien ha vindicado la agresión rusa en Ucrania. Obama llegó a ridiculizarle en uno de los debates preelectorales por estar anclado en la Guerra Fría. «Lo tengo muy claro», se defendió Romney, «no me voy a poner gafas de color de rosa con Putin».

Todo es susceptible de empeorar. Las encuestas predicen que los republicanos podrían ganar el control de ambas cámaras en las legislativas de noviembre, lo que les daría poder para revertir los pocos logros de su presidencia, incluyendo la reforma sanitaria. A Obama le quedaría solo gobernar mediante órdenes ejecutivas, un poder del que según los republicanos ya ha abusado. De hecho, el portavoz del Congreso ha anunciado que planea demandarle por ello, mientras que sus colegas más radicales piden que deje a un lado a los abogados y convoque un «impeachment», un proceso legislativo que podría desembocar en la destitución e inhabilitación

La medida no tiene más adeptos porque, si se lleva a cabo, dejaría en el poder a alguien a quien los republicanos quieren todavía menos, el vicepresidente Joe Biden, que no oculta sus aspiraciones para sucederle.

Por todo eso y más, republicanos y demócratas cuentan los días que le quedan a Obama en la Casa Blanca, mientras que su equipo se dedica a planificar su futuro después de la presidencia. Como Carter, tal vez sea mejor expresidente que presidente. «Es uno de los hombres más brillantes que ha ocupado la presidencia», se lamentó Gergen, «y aún así su curva de aprendizaje se encuentra entre las más planas. Le ayudaría prometer menos y hacer más».