China implanta campamentos militares contra la adicción a la «heroína electrónica»

La Voz

INTERNACIONAL

Más del 14% de los jóvenes chinos utilizan internet de manera compulsiva, llegando a utilizar pañales para evitar ir al baño

02 jul 2014 . Actualizado a las 22:45 h.

China es el país con el mayor número de usuarios de internet del mundo, solo el 70% de los menores de 30 años ya equivalen a un total de 290 millones de personas conectadas a la red. Además, un reciente estudio de la asesoría global TNS - que se encarga de buscar nuevos mercados - descubrió que la población china dedica de media el 44% de su tiempo libre delante de la pantalla de un ordenador, un dato revelador de la desconexión que sufren los habitantes del gigante asiático.

Pero el número de usuarios continúa creciendo, y ahora también en las zonas rurales, y se estima que más del 14% de los jóvenes chinos de entre 6 y 29 años son adictos a Internet, lo que equivale aproximádamente a unos 30 millones de personas que sufren una dependencia real de internet y de los juegos online. De hecho, China es el primer país del mundo que ha calificado el uso compulsivo de internet como un verdadero «trastorno clínico» para el que ya han creado 250 centros por todo el país que ayudan a los jóvenes a rehabilitarse.

Todos los centros de este estilo se organizan bajo un estricto régimen militar en el que no tienen ningún tipo de contacto con artilugios tecnológicos. Además del entrenamiento físico se les inculcan hábitos de disciplina que pretenden controlar su adicción y sesiones con psicólogos que les ayudan a reconstruir su autoconfianza y a retomar lazos con familiares o amigos.

Los internos también se encargan de limpiar las instalaciones o preparar su propia comida para aprender a organizarse y asumir responsabilidades, aunque se les permite disfrutar de unas pocas horas de tiempo libre para leer o aprender a tocar algún instrumento, con el fin de que encuentren nuevas actividades con las que entretenerse lejos del ordenador.

No obstante, el objetivo del gobierno chino en estos centros va más allá de la mera rehabilitación, también se pretende encontrar el origen neurológico de este tipo de trastorno y determinar como afecta estar enganchado a internet a la mente humana. Para ello, todos los internos son sometidos con regularidad a varios escaneos cerebrales que pretenden analizar los progresos de la recuperación y los efectos que produce en nuestro organismo esta nueva patología.

Un verdadero drama familiar

Muchos padres están preocupados por el comportamiento de sus hijos, que llegan a dedicar más de doce horas diarias a jugar online sin salir de su cuarto. Aunque hay casos mucho más dramáticos; como el de un joven de 17 años en Beijing, que en el año 2009 mató a su abuela e hirió gravemente a su abuelo cuando lo descubrieron robando dinero para pagar la tarifa de internet en un cibercafé.

Al ejemplo anterior pueden añadirse los testimonios recogidos en el documental «Web Junkie», de Shosh Shlam y Hilla Medalia, publicado en la edición digital del New York Times. En este documental, los dos autores visitan el Centro de Tratamiento de Adicción de Internet en Daxing, donde descubren la verdadera crudeza de estos campamentos y el auténtico alcance de la ciberadicción.

Varios de los internos reconocen que pasaban más de 24 horas jugando online sin parar, y que tenían tanto miedo de bajar su rendimiento en los juegos, que llegaban a utilizar pañales para no perder tiempo en ir al baño. Otro jóven a tratamiento sin embargo, cuenta como uno de las etapas más felices de su vida fue «cuando pasé tres noches en vela jugando sin parar».

Para todos estas personas enganchadas al uso compulsivo del ordenador, la realidad les resulta deprimente y cruel, y prefieren aislarse compitiendo virtualmente a juegos online como League of Legends, World of Warcraft o Counter Strike. En un fenómeno que ya denominan en China como la «heroína electrónica»

Todos van engañados

Otro de los grandes problemas es convencer a estos jóvenes de que ingresen en los centros. Muy poco lo hacen voluntariamente, y en la mayoría de las ocasiones los padres se sirven del engaño para internar a su hijo.

«¿Que hice?Solo utilizar Internet. Mi padre me dijo que íbamos al médico, y cuando llegué me encerraron y me ataron las manos» cuenta entre llantos uno de los pacientes de estos campamentos de rehabilitación en el documental.

Algunos incluso fueron sedados mientras dormían o jugaban y se desperaton en un barracón del centro, sin saber donde se fue su familia. Las pastillas y los sedantes son algunos de los métodos más recurridos, pero los padres que sienten demasiada compasión por su hijo como para drogarlo a traición y llevarlo personalmente, suelen contactar con los propios centros para que envíen un monitor y una guardia militar que escolta a los jóvenes hasta el recinto.

Sin embargo, los padres también son invitados a menudo a visitar a sus hijos como parte del tratamiento, que busca la reconciliación familiar. Los dirigentes del proyecto insisten en que gran parte de la culpa de este tipo de adicciones son de los padres, que nunca se detienen a escuchar la opinión de sus hijos o sus problemas, lo que empuja a los jóvenes a buscar su propia inhibición en el ordenador. Por lo que también dedican charlas de concienciación a los progenitore para evitar una recaída de los hijos.

El máximo responsable del centro de Daxing, Tao Ran, apunta que su centro tiene un éxito del 70% con sus tratamientos, pero esta adicción es una auténtica lacra en China, y cada vez son más los jóvenes que se refugian en el universo imaginario que proporciona internet.