El Gobierno de Abe liquidará mañana el carácter pacifista de la Constitución japonesa

redacción / la voz

INTERNACIONAL

La decisión abre la puerta al envío de tropas niponas al exterior en misión de combate

30 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El Gobierno japonés presentará mañana en el Parlamento una moción por la que se reinterpreta la Constitución pacifista, impuesta por Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial, y que abre la puerta al envío de tropas niponas al exterior en misión de combate. La iniciativa pone fin al veto a la «defensa propia colectiva» o a ayudar a un país amigo que esté siendo atacado y permitirá a Japón implicarse en operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU o responder a contenciosos de baja intensidad como los conflictos de soberanía que mantiene con países como China, Corea del Sur o Rusia.

Estos cambios podrían molestar principalmente a China que en los últimos años ha defendido con mayor vehemencia sus reivindicaciones territoriales en el mar de la China Oriental. En cambio, Estados Unidos, aliado estratégico de Tokio, apoya la modificación constitucional que permitirá a Japón un mayor compromiso con la alianza bilateral, según Washington.

La moción habilita a Tokio a emplear la fuerza en la menor medida necesaria en el caso de que un país con el que mantenga relaciones estrechas esté siendo atacado y solo bajo las siguientes condiciones: amenaza a la existencia del Estado japonés, claro peligro del derecho a la vida, la libertad y consecución de la felicidad del pueblo japonés y ausencia de alternativa adecuada.

Desde la derrota de Japón en 1945 las tropas japonesas no han entrado en combate, pero los sucesivos gobiernos nipones han ido desplazando a su conveniencia los límites impuestos por la Constitución primero para habilitar un Ejército y después para implicar a Japón en operaciones no bélicas en el extranjero.

La reforma que quiere introducir Abe cuenta con una notable oposición interna. Un activista se prendió fuego en uno de los cruces más concurridos de Tokio, cerca de la estación de Shinjuku, en protesta contra la militarización. Una portavoz policial confirmó el incidente, pero no pudo dar detalles sobre el mismo y por el momento se desconoce si el activista sobrevivió a las quemaduras. Testigos presenciales explicaron que el hombre se sentó en un puente peatonal y que usó un megáfono para expresar su oposición a los proyectos belicistas de Abe y al fin de la prohibición a la práctica de la «defensa propia colectiva».