Una cita en Samarra

INTERNACIONAL

Por alguna razón misteriosa, parece que la declaración de una ciudad como patrimonio de la humanidad por la UNESCO es un imán para la guerra

15 jun 2014 . Actualizado a las 18:35 h.

Por alguna razón misteriosa, parece que la declaración de una ciudad como patrimonio de la humanidad por la UNESCO es un imán para la guerra. El último caso es el de Samarra, donde ayer se libraba una batalla crucial entre las fuerzas suníes encabezadas por la milicia yihadista EIIL y las fuerzas chiíes -una apresurada zarzuela de voluntarios, soldados descolocados y policías de tráfico reunidos en un esfuerzo desesperado por impedir que los radicales suníes destruyan los santuarios de la ciudad y sigan luego camino a Bagdad-. El escritor británico Somerset Maugham tituló uno de sus relatos Una cita en Samarra porque esa expresión significa en la cultura erudita tener un encuentro con la muerte. Ayer el deseo de miles de iraquíes de acudir a esa cita con la muerte creaba atascos de tráfico en todas las carreteras que conducen a la ciudad.

La santidad de Samarra puede ser el único incentivo para que los desmoralizados chiíes logren el milagro de detener ahí el avance de ISIS. Si no es así, Bagdad se encontrará atrapada en una pinza entre su acceso por el norte y por Faluya por el oeste, que ya está en manos de los yihadistas. No es fácil que el EIIL pueda apoderarse de la capital, donde los suníes son una minoría, pero tampoco les hace falta. Ya controlan prácticamente todas las zonas de población suní de Irak, además del camino hasta Raqa en la vecina Siria. Incluso si los chiíes pudiesen frenarlos, recuperar lo perdido les será extremadamente difícil. Sobre todo, una vez que los kurdos, con quienes se contaba para abrir un segundo frente contra el EIIL desde el noreste, parecen haberse decidido a aprovechar las circunstancias para apoderarse de áreas que reclamaban desde hacía años para su Kurdistán autónomo. Si esta situación se prolonga, la tentación de proclamar la independencia será difícil de resistir. En todo caso, el estado unitario de Irak tiene pocas posibilidades de sobrevivir a esto.

Las alianzas de EE.UU. en la región

Las consecuencias de lo que está ocurriendo no solo alcanzarán a Irak, sino que pueden alterar todos los equilibrios sobre los que sustenta la geoestrategia de la región. Hay informaciones de que en Samarra combaten ya tropas de élite iraníes, y el que Estados Unidos no haya dicho nada al respecto revela la profunda ironía de la situación: tras años de invertir esfuerzos en aislar a Irán y apoyar a los saudíes, los norteamericanos se encuentran ahora con que su enemigo es el único que le puede sacar las castañas del fuego, mientras que su aliado, Arabia Saudí, es quien ha creado el monstruo del EIIL. Algunos se preguntan si Washington no se habrá estado equivocando de aliados y enemigos todos estos años en Oriente Medio. De modo que no es solo Irak quien tiene una cita con la muerte en Samarra. También puede que la tenga el Oriente Medio que conocemos y del que no es exagerado decir que ha cambiado para siempre.