La Iglesia irlandesa se declara horrorizada tras encontrar una fosa con los esqueletos de 800 niños en un convento

La Voz AGENCIAS

INTERNACIONAL

Catherine Corless, la historiadora que encontró la fosa, ha explicado que este hallazgo es solo la punta del iceberg

05 jun 2014 . Actualizado a las 18:07 h.

La Iglesia Católica de Irlanda se ha declarado horrorizada tras conocer el hallazgo de una fosa común en el convento de Bon Secours con los restos mortales de unos 800 niños que habrían fallecido entre 1925 y 1961. El Arzobispado de Tuam, al que pertenece el centro religioso, ha afirmado que no participaba en la gestión de ese convento y que la diócesis se encuentra horrorizada y entristecida por el número de niños enterrados en la fosa. «Apenas puedo llegar a imaginar el enorme impacto emocional que sufrieron las madres dando a sus bebés para la adopción o siendo testigos de su muerte. El dolor y el quebrantamiento que han padecido vá más allá de cualquier entendimiento», ha afirmado el arzobispo de Tuam Michel Neary, en un comunicado.

«Independientemente del tiempo que ha pasado este es un tema de preocupación pública que debería ser tratado con urgencia», ha remachado. La orden de las monjas de Bon Secours no se ha pronunciado por el momento sobre el hallazgo de la fosa en los terrenos de su convento. Asimismo el arzobispo de Tuam ya había señalado que cooperará con cualquier pesquisa, pero reiteró que su diócesis nunca ha estado implicada en la gestión de las casas de acogida de las monjas del Bon Secours. «En este caso, existe un claro imperativo moral que obliga a las hermanas del Bon Secours a hacer frente a sus responsabilidades por el bien común», declaró el prelado en un comunicado.

La existencia de la fosa común con los cadáveres de 796 niños ha sido revelada por una historiadora local, Catherine Corless, que ha confirmado con documentos públicos que los niños murieron en un hogar para madres solteras del condado de Galway. Corless ha explicado que los cuerpos fueron arrojados a un tanque de aguas residenciales y que algunos fallecieron cuando sólo tenían tres meses de edad. Asimismo, ha asegurado que este hallazgo es solo la punta del iceberg y sostiene que el Gobierno guarda en secreto los certificados de hasta 4.000 bebés que fueron enterrados en otras fosas sin identificar durante décadas.

Monjas irlandesas cooperarán con la investigación

Por su parte, una orden de monjas católicas aseguró que colaborará con las autoridades irlandesas en cualquier investigación sobre los casos de enterramiento de niños en fosas sin identificar ocurridos en centros gestionados por religiosas. En un comunicado remitido este martes a la cadena pública RTE, las Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús aseguraron que están dispuestas a cooperar con cualquier pesquisa que aspire a arrojar luz sobre «un capítulo muy triste de la sociedad irlandesa».

La Iglesia Católica de Irlanda gestiona muchos servicios sociales en el país desde el siglo XX, incluidos los centros para madres solteras o embarazadas de hijos no deseados. Las mujeres embarazadas no casadas y sus hijos afrontaban una compleja situación en sus hogares y con sus familias, en un país profundamente devoto, y también con los padres que no querían saber nada de sus hijos, algunos de ellos curas o ricos. Los hogares para madres solteras eran gestionados por monjas y recibían fondos públicos. En realidad, actuaban como centros de adopción y el Estado ejercía una labor de supervisión.

La polémica generada está aumentado la presión sobre el Gobierno de Dublín, de coalición entre conservadores y laboristas, para que inicie una investigación sobre este asunto. De momento, los ministros de Justicia y de Infancia, Frances FitzGerald y Charlie Flanagan, respectivamente, se han comprometido a estudiar la cuestión para determinar cual es la mejor vía de actuación.