Coincidiendo con la segunda fase de la ofensiva, un helicóptero MI-8 de las Fuerzas Armadas de Ucrania estalló ayer en tierra al ser alcanzado por un proyectil de un lanzagranadas RPG, en el aeródromo de Kramatorsk, ciudad próxima a Slaviansk.
Esta es la versión del Ministerio ucraniano de Defensa, desmintiendo la dada poco antes por el general Vasili Krútov, que comanda la operación antiterrorista. El general señaló que el depósito del combustible de la aeronave fue alcanzado por el disparo de un francotirador en un comparecencia ante la prensa. El número dos del Servicio de Seguridad ucraniano (UBS) agregó que el comandante de la nave resultó herido, pero logró abandonar el aparato.
En Odesa, ciudad de la costa del mar Negro, al menos siete miembros de la seguridad ucranianos resultaron heridos en una fuerte explosión ocurrida en un puesto de control de carretera. El explosivo fue posiblemente escondido por separatistas prorrusos, según la versión ucraniana.
En los últimos días se han levantado numerosos puestos de control a las afueras de la ciudad para evitar el acceso de las fuerzas fieles a Moscú. El servicio secreto ucraniano detuvo a unos treinta hombres en los últimos días, a los que se acusa de planear actos de sabotaje.