Maduro se aferra a la alianza con China para mantener su programa social

Milagros L. de Guereño LA HABANA / COLPISA

INTERNACIONAL

El presidente venezolano tiene como meta consolidar los lazos con Pekín y exportar un millón e barriles de petróleo diarios al gigante asiático, el doble de la cantidad actual

23 abr 2014 . Actualizado a las 10:27 h.

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, adelantó ayer «una nueva ofensiva económica para producir más, producir mejor y destrabar todos los mecanismos que impidan la producción». El sucesor de Hugo Chávez hizo el anuncio después de recibir al canciller chino, Wang Yi, y de señalar que la meta de su Gabinete era consolidar la alianza con Pekín y exportar un millón de barriles de petróleo diarios a China, el doble de la cantidad actual.

Se trata de una cifra vital para los ingresos petroleros con que el chavismo mantiene sus programas sociales y económicos. La «nueva ofensiva económica» presentada por el Gobierno de Maduro se centra ahora en un plan de inspecciones en mataderos y mercados. El mandatario anticipó que esta fiscalización busca mejorar la producción, el abastecimiento «a todos los niveles» y la ampliación de su campaña de noviembre y diciembre pasados para establecer «precios justos».

Reciclaje

El líder opositor Henrique Capriles tildó las medidas de «reciclaje» que no ayudará «a salir del caos». Con la ofensiva en mercados y mataderos, el chavismo busca combatir prácticas de las que acusa reiteradamente a los empresarios. Según la versión oficialista, algunos distribuidores retienen en sus almacenes productos que, al desaparecer de las estanterías, producen escasez y el consiguiente descontento en la población.

Es el mismo procedimiento seguido a finales del año pasado cuando se revisaron tiendas de electrodomésticos, ropa y componentes de automóvil, entre otros productos. Según el Gobierno, los empresarios elevaban hasta ocho veces los precios. Ahora, los propietarios de establecimientos en centros comerciales se quejan de que han bajado las ventas. A Capriles no le convence el modelo «Castrocomunista, capitalista de Estado» que «no da para más». Según dice, lo que el país espera es un cambio.