EE.UU prohíbe a los funcionarios de inteligencia hablar con la prensa sin permiso

EFE

INTERNACIONAL

Además deberán informar a sus superiores de cualquier contacto no planificado

22 abr 2014 . Actualizado a las 11:08 h.

El Gobierno de Barack Obama ha prohibido a los funcionarios de diecisiete agencias de inteligencia hablar con periodistas sobre cualquier tema de inteligencia, clasificado o no, sin permiso de un superior, de acuerdo con una directiva dada a conocer este lunes.

Firmada por el director nacional de inteligencia, James Clapper, el pasado 20 de marzo, la directiva no salió a la luz hasta el lunes, cuando fue difundida por el encargado del Proyecto sobre los Secretos del Gobierno de la Federación de Científicos Estadounidenses, Steven Aftergood.

El documento exige además a los empleados de las agencias informar a sus superiores de cualquier contacto no planificado con medios de comunicación o periodistas; y aquellos que violen la nueva normativa pueden ser sancionados o despedidos.

«Los empleados de agencias de inteligencia (...) deben obtener autorización para los contactos con los medios de comunicación» en asuntos relacionados con la inteligencia, y también deben «informar de contactos no previstos o no intencionales con los medios» respecto a esos temas, señala la directiva.

Según Aftergood, el documento «busca asegurar que los únicos contactos que ocurran entre empleados de la comunidad de inteligencia y la prensa son aquellos que hayan sido aprobados con antelación; es decir, que las únicas noticias sobre inteligencia serán noticias autorizadas».

El Gobierno de Obama se ha distinguido por su férrea persecución de las filtraciones a la prensa, recurriendo en al menos seis ocasiones a la Ley de Espionaje para procesar a periodistas y a sus fuentes, una proporción sin precedentes.

Periodistas y activistas han criticado además a su Administración por su espionaje de líneas telefónicas de la agencia AP y del periodista James Rosen, corresponsal de Fox News; además de la presentación de cargos contra Edward Snowden, responsable de filtraciones sobre la Agencia Nacional de Seguridad (NSA).

«Es probable que esta nueva política sea eficaz a la hora de reducir la calidad, independencia y contenido crítico de la información relacionada con la inteligencia que está disponible a la prensa y al público», señaló Aftergood en su blog oficial.

Un portavoz de Clapper, Shawn Turner, matizó que la nueva normativa «no prohíbe a un miembro de la comunidad de inteligencia hablar con un miembro de la prensa», y que básicamente codifica prácticas que en general ya están en vigor, dijo en declaraciones al diario The New York Times.

A mediados de 2012, Clapper emitió otra normativa por la que exigía a los examinadores de polígrafo incluir una pregunta sobre posibles filtraciones no autorizadas a la prensa, y permitía al inspector general continuar las investigaciones contra las fuentes incluso si el Departamento de Justicia no había presentado cargos.