El capitán fue de los primeros en abandonar el ferri surcoreano

rita álvarez PEKÍN / E. LA VOZ 

INTERNACIONAL

YONHAP

Los pasajeros se despidieron de sus familiares mediante mensajes

18 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Los relatos de algunos de los supervivientes del ferri surcoreano hundido apuntan a que el capitán, Lee Joo-seok, de 69 años, fue uno de los primeros en abandonar el barco, por lo que su testimonio será crucial para determinar lo ocurrido. El responsable del Sewol compareció ayer con el rostro tapado ante las cámaras para pedir perdón a los pasajeros y sus familiares y confesar sentirse «profundamente avergonzado». Tras ser interrogado, podría enfrentarse a cargos de homicidio accidental o de violación de las normas de navegación.

La sociedad surcoreana se encuentra conmocionada por el que se considera el peor accidente naval en más de dos décadas, pero también porque se han hecho públicos mensajes de texto con contenido sentimental que intercambiaron con sus familiares algunos de los pasajeros al presentir que no iban a sobrevivir al hundimiento.

«Quizá no te lo pueda volver a decir nunca más. Te quiero», escribió a su madre uno de los estudiantes, que finalmente fue rescatado con vida. Otro de los jóvenes, que aún no ha sido rescatado, escribió: «Parece que vamos a morir. El barco se está inclinando».

Un giro brusco

El Sewol varió la ruta marcada y, según la Guardia Costera, realizó en la zona del incidente un cambio de dirección brusco en lugar de girar de forma gradual. Este violento giro pudo desplazar la carga y hacer volcar al buque, según expertos, aunque no se descarta la hipótesis inicial de que la colisión con una roca provocó el hundimiento.

Muchos supervivientes culparon de la tragedia a la tripulación del barco, que en repetidas ocasiones los obligó a quedarse donde estaban, pues si se hubiese comenzado antes la evacuación, probablemente más personas habrían sobrevivido. Tras contabilizarse oficialmente nueve muertos, los esfuerzos se centran en encontrar a las 287 personas que siguen sin aparecer. Las esperanzas de encontrar más supervivientes se van diluyendo, pues los 500 buzos que trabajan en el rescate trataron hasta diez veces de entrar en la nave hundida, donde se cree que permanecen atrapados la mayoría de los pasajeros que se encontraban en la planta baja del barco en el momento del accidente, pero la mala visibilidad y las fuertes corrientes hicieron la tarea imposible.

Alrededor de la una del mediodía, las operaciones tuvieron que ser suspendidas, según la agencia surcoreana Yonhap, si bien confirmaron que habían rescatado a de 179 personas.