La exministra Ana Palacio, abogada de Berlusconi

Íñigo Domínguez / Colpisa ITALIA

INTERNACIONAL

GUSTAVO RIVAS

Como representante legal del ex primer ministro italiano, ha presentado un recurso ante el Tribunal de los Derechos Humanos para que Il Cavaliere pueda volver a ser candidato para las europeas

09 abr 2014 . Actualizado a las 00:19 h.

El exprimer ministro italiano Silvio Berlusconi, condenado a cuatro años por fraude fiscal y seis de inhabilitación política, presentó ayer un recurso ante el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo en un intento desesperado de ser candidato a las europeas. Es eso, desesperado e inútil, y a estas alturas la noticia no es esa, sino quién es su nueva abogada: Ana Palacio, exministra de Asuntos Exteriores del Gobierno de José María Aznar entre 2002 y 2004, según aseguró ayer la prensa italiana.

Desde el Partido Popular afirmaban ayer que no tenían noticia del asunto pero que, de todos modos, Palacio ya no tiene responsabilidades en la formación. Ella guardó silencio en su cuenta de Twitter, generalmente muy activa.

Tras su paso por el Gobierno Ana Palacio fue vicepresidenta del Banco Mundial entre 2006 y 2008 y desde hace dos años es miembro del Consejo de Estado, órgano consultivo del Gobierno. Además es consejera en algunas empresas energéticas y mantiene su propio bufete de abogados. Desde ahí habría añadido otro galón a su carrera como representante de Berlusconi, según los medios italianos, para solicitar un pronunciamiento urgente que imponga a Italia la obligación de permitirle concurrir a las elecciones europeas de mayo con una ley especial. Es una curiosa petición, basada en el hipotético derecho de los votantes huérfanos en votar a su líder, impulsada por dos diputadas del partido del magnate, Deborah Bergamini y Elena Cementero, con 10.000 firmas de militantes. No obstante anoche se daba por rechazada, según las agencias italianas.

Berlusconi ya había presentado un recurso al mismo tribunal el año pasado, tras su condena, contra la ley anticorrupción que impide a los condenados en firme presentarse a las elecciones. Pero la corte rechazó tramitarlo con urgencia y advirtió que llevaría meses tan sólo analizar su admisibilidad. El líder de la derecha italiana vive con aprensión estas horas a la espera de la vista decisiva que mañana debe decidir si cumple su condena en arresto domiciliario o con servicios sociales, la opción más probable. El hasta ahora Cavaliere -la sentencia se llevó por delante su título por méritos en el trabajo- ha intentado por todos los medios burlar la ejecución del fallo y la semana pasada incluso acudió ante el presidente de la República, Giorgio Napolitano, para que le salvara, sin ningún resultado. También amenaza cíclicamente al primer ministro, Matteo Renzi, con derribar el Gobierno si no le echa una mano, pero ya no tiene esa capacidad. Sólo le queda esperar la decisión del tribunal, que llegará en cinco días a partir del jueves.