Cameron trata a Merkel como una reina para que lo apoye ante la UE

Gabriel Fraga LONDRES / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

A diferencia de Hollande, la canciller alemana está dispuesta a negociar

27 feb 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Si algo ha de cambiar en la Unión Europea, tiene que pasar por Alemania y esto es algo que el primer ministro David Cameron conoce a la perfección. Es por ello que el Reino Unido desplegará hoy la alfombra roja a Angela Merkel y la tratará a cuerpo de reina. En la agenda de la canciller alemana está una entrevista con Cameron en Downing Street, un discurso ante la Cámara de los Comunes y la de los Lores -un privilegio reservado a muy pocos, además de ser la primera vez que lo hace un jefe de Gobierno alemán- y tomar el té con Isabel II en el palacio de Buckingham.

Desde que Cameron anunció a principios del 2013 un referendo para preguntar a los británicos si quieren seguir en la UE, el resto de miembros del grupo, y en especial Francia, miran a la isla con recelo. Las exigencias del premier y el Partido Conservador británico -que piden libertad para poder decidir sobre su política migratoria, fiscal, seguridad y defensa- han encontrado pocos amigos en Europa.

Entre ellos no está François Hollande. Su negativa a reformar los tratados de la UE, hizo que en su visita a Inglaterra no hubiera alfombra roja y conformarse con almorzar en un pub. En cambio, Merkel tendió la mano a los ingleses, un gesto que ahora recompensan con un trato de corte casi monárquico.

Sabedora de la importancia del Reino Unido como socio europeo y del creciente ambiente euroescéptico, la canciller se reconoció «dispuesta a discutir los deseos británicos». Pero no está lidiando solo con Cameron, sino contra un movimiento ultranacionalista y antieuropeo cuyas riendas no descansan en las manos del primer ministro.

Concesiones limitadas

«Alemania y el Reino Unido son socios importantes. No solo bilateralmente, si no también en Europa», dijo el portavoz de Merkel, Steffen Seibert, al Financial Times. «El mensaje principal de la visita será: queremos a un Reino Unido activo y fuerte dentro de Europa». No obstante, The Guardian asegura que la política alemana viene dispuesta a negociar con los británicos.

«Fuentes oficiales en Berlín dicen que Merkel está preparada para ofrecer concesiones limitadas al Reino Unido y asegurarse unas políticas más flexibles», reza el diario. Se entiende por lo tanto, que Berlín estaría a favor de abrir ciertas puertas al Reino Unido y aquellos miembros de la UE fuera de la zona euro.

El plan de Merkel pasa por contentar al electorado británico y ayudar así a Cameron a que en el referendo del 2017 gane el sí a permanecer en el club comunitario. Ambos líderes lo han reconocido en numerosas ocasiones: la salida de la UE no ayudaría a ninguna de las partes. Pese al optimismo de Cameron y el apoyo de Merkel, uno de los grandes obstáculos para el Reino Unido reside en el cariz irracional que han tomado algunas de las exigencias de los euroescépticos. Además, sus vecinos franceses les observan desconfiados desde el otro lado del canal de la Mancha o, como dicen los ingleses, el English Channel.