El Tribunal de La Haya otorga a Perú una parte del mar de Chile

la haya / agencias

INTERNACIONAL

Los magistrados no acceden a la totalidad de las demandas de Lima

28 ene 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El Tribunal Internacional de Justicia modificó ayer la frontera marítima entre Chile y Perú en beneficio de este último país, aunque, según Efe, no ajustó las coordenadas precisas ni concedió lo que reclamaba inicialmente la demanda peruana en su totalidad. El veredicto, que debería poner fin a un conflicto fronterizo enquistado entre los dos vecinos del Pacífico, concede a Perú una porción del mar hasta ahora en manos chilenas, ya que establece una línea de equidistancia hacia el sur a partir de las 80 millas del paralelo 18 grados, 21 minutos, 00 segundos que hasta ahora servía de frontera entre los dos países.

Según analistas de los dos países, se trata de una sentencia salomónica ya que, al no modificar la división marítima en las primeras 80 millas a partir de la costa, tanto Chile como Perú mantienen invariable su soberanía sobre el área donde se practica la pesca de bajura, de importancia especial por la captura de la anchoveta, una especie que se usa para la fabricación de harinas, en las que Perú y Chile son el primer y segundo exportador mundial, respectivamente.

Los jueces hicieron un largo recorrido por los tratados de 1952 y 1954 que, según Chile, establecía el citado paralelo como frontera marítima y concluyeron que esa línea paralela solamente se podía mantener hasta la altura de las 80 millas. Los jueces no han establecido, sin embargo, las «coordenadas precisas» de la nueva demarcación, algo que piden determinar a las partes en la confianza de que prevalecerá el «espíritu de buenos vecinos» entre ellas.

Perú, que llevó el caso contra Chile al tribunal de La Haya en el 2008, había pedido a los magistrados que delimitasen la frontera marítima con su vecino del sur de acuerdo con una línea equidistante, con lo que ganaría unos 35.000 kilómetros cuadrados de aguas en el Pacífico. La sentencia, que le concede una parte de ese territorio reclamado, pero no su totalidad, fue recibido con júbilo en Lima, donde los peruanos pudieron seguir la decisión del tribunal por pantallas gigantes instaladas en el centro histórico de la ciudad. «¡Arriba Perú!», «Viva el Perú, carajo» gritaron los asistentes en la plaza de Armas, frente al Palacio de Gobierno, cuando se mostró la nueva demarcatoria fronteriza.

El fallo, que causó decepción a la clase política de Chile, no le pareció «tan malo» a los pescadores de la ciudad chilena de Arica, que esperaban una decisión todavía más nociva para sus intereses. Según los primeros comentarios sobre el terreno, la decisión de La Haya no les afectaría mayormente, sobre todo a los más pequeños, porque solo tienen un radio de faena de unas 40 millas.