Tony Blair, detenido en un restaurante por crímenes de guerra

EFE

INTERNACIONAL

Un joven británico practicó un «arresto ciudadano» al exprimer ministro del Reino Unido

21 ene 2014 . Actualizado a las 19:00 h.

Un joven británico quiso hacer un «arresto ciudadano» al exprimer ministro del Reino Unido, Tony Blair, cuando éste cenaba con su familia en un popular restaurante del este de Londres, según un relato que publica hoy una revista digital británica.

Twiggy García, empleado en la barra del bar del Tramshed, acusó el pasado viernes al exlíder laborista de crímenes de guerra por declarar la guerra a Irak en 2003 sin mandato de la ONU, según cuenta en la revista Vice. García explica que conocía el derecho al arresto ciudadano, por el que un particular detiene a un sospechoso o autor de un delito, tras haberse informado en la web arrestblair.org que ofrece una recompensa por la detención de Tony Blair.

El camarero le puso la mano en el hombro a Tony Blair y le pidió acompañarle a una comisaría para responder por «la matanza de civiles iraquíes tras llevar al Reino Unido a una guerra ilegal». «Señor Blair, esto es un arresto ciudadano por un crimen contra la paz, concretamente su decisión de lanzar una guerra contra Irak sin provocación», le dijo, según el relato de la revista.

«No, ¿no deberías estar preocupado por la situación en Siria?», le replicó el exprimer ministro. Tony Blair también añadió que «¿no estás de acuerdo en que Sadam Husein era un dictador brutal que tenía que ser derrocado?».

«No con una guerra ilegal», le respondió García, de acuerdo con su relato en Vice.

La quinta «detención» de Blair

En medio de este intercambio, uno de los hijos de Tony Blair fue a llamar a los guardas de seguridad, por lo que el camarero decidió abandonar el local «rápidamente» y no ha vuelto al trabajo desde entonces.

Esta es la quinta vez que un ciudadano intenta «detener» a Tony Blair, quien sigue siendo una figura muy polémica en el Reino Unido por la guerra de Irak y su política exterior. Según García, estos arrestos, aunque no fructifiquen y acaben siendo actos simbólicos, deben servir «para que la gente no se olvide de que es un criminal de guerra».