Los civiles armados preparan el asalto al bastión de Los Caballeros Templarios
14 ene 2014 . Actualizado a las 07:00 h.El gobierno mexicano pidió ayer a las fuerzas de autodefensa surgidas en el estado de Michoacán deponer las armas y advirtió que «no habrá tolerancia» con quienes las porten al margen de la ley. «Se les emplaza para que regresen a su lugares de origen», advirtió el ministro de Gobernación después de una reunión de seguridad en la capital de Michoacán, en la que se acordó un refuerzo de la presencia federal para restablecer el orden.
El anuncio se produce horas después de que los grupos de civiles armados anunciasen su intención de asaltar Apatzingán, la ciudad más grande de Tierra Caliente, con 123.000 habitantes y considerada el bastión del cártel de Los Caballeros Templarios, tras hacerse con el control de Nueva Italia el domingo. «Apatzingán ya está cercadita. La queremos tomar. Será en estos próximos días», dijo Hipólito Mora, uno de los portavoces del movimiento.
La toma de Nueva Italia no fue pacífica. Ayer, las calles estaban desoladas, con manchas frescas de sangre en algunas aceras, consecuencia del tiroteo que se desató cuando los civiles llegaron a la alcaldía. Los Caballeros Templarios «nos dispararon desde dos puntos y el enfrentamiento duró hora y media», relató Jaime, un campesino de La Ruana, otra comunidad de Tierra Caliente, apostado en la plaza junto a cientos de sus colegas armados, incluso con fusiles AK-47.
Como ocurrió en anteriores victorias de las autodefensas, los militares no actuaron durante el asalto y tampoco estaban presentes en la zona ayer. «Se quitaron de aquí cuando oyeron los balazos», cuenta Alberto, un miembro de las autodefensas que supervisa una camioneta que quiere entrar en la ciudad.
Muchos vecinos de Nueva Italia no ocultan el temor a las represalias. Los narcos «están replegados» y no se sabe en que momento «empezará la guerra», dijo el líder del grupo de autodefensa que controla Aguililla.